“101 Dálmatas (¡Más vivos que nunca!)” no es una reinvención de la comedia animada, ni mucho menos. Es, en cambio, un refresco familiar que busca reencantarse con un clásico que ya conoce el público adulto. Y, en ese sentido, la película se acerca a su objetivo, aunque sin romper demasiado con las convenciones de la franquicia. La dirección de Bryce Dallen se centra en un ritmo ágil y en aprovechar al máximo el potencial visual de la animación CGI, dotando de una gran vitalidad a los personajes y a los escenarios. Si bien la estética es moderna, conserva la esencia caricaturesca que caracteriza a los dálmatas y la ambientación victoriana de la historia.
Las voces de los actores de doblaje son, en general, sólidas. Emma Stone, como Cruella de Vil, aporta una combinación de sofisticación y locura que encaja a la perfección con el personaje. Su Cruella es menos amenazante y más cómicamente maniática que en versiones anteriores, lo cual es un cambio de tono interesante. El resto del reparto, incluyendo a John Boyega como Roger y Emily Mortimer como Anita, cumplen su función sin destacar particularmente. Sin embargo, la presencia de Glenn Close, actriz original de la película de 1961, como la voz de la abuela de Cruella, añade un toque nostálgico y contribuye al espíritu de homenaje que impregna la película.
El guion, a pesar de intentar modernizar la trama, se siente a veces un poco superficial. El desarrollo de los personajes secundarios carece de profundidad y la subtrama familiar, aunque divertida, no aporta elementos particularmente originales. La historia se mueve a un ritmo vertiginoso, sacrificando momentos de construcción de personajes y de desarrollo emocional en favor de la acción y la comedia visual. La introducción de elementos modernos, como la obsesión por la moda y la estética digital, puede resultar un poco forzada y alejada del espíritu de la historia original. La película recurre a chistes visuales y gag visuales, que, aunque divertidos en su momento, terminan agotándose a medida que avanza la trama. La esencia de la película original, la lucha entre el amor y la ambición, se diluye en un torbellino de persecuciones y situaciones cómicas.
No obstante, “101 Dálmatas (¡Más vivos que nunca!)” consigue mantener la magia del cuento original y ofrece un entretenimiento familiar adecuado para todas las edades. La película es un espectáculo visualmente atractivo, con escenas de acción espectaculares y una banda sonora vibrante. Si bien no es una obra maestra del cine animado, es un digno homenaje a una historia clásica que sigue siendo tan relevante hoy en día como lo fue hace décadas. Es un producto comercial bien ejecutado, pero carente de la profundidad narrativa que podría haberlo elevado a un nivel superior.
Nota: 6/10