11-11-11 (2011)

“11-11-11” es una película que, a primera vista, parece una intrigante premisa que, en su ejecución, se queda corta. La historia, centrada en el viaje de un escritor afligido a Barcelona para despedirse de su hermano y padre, es en esencia la exploración de un hombre confrontando su pasado y la posible, pero improbable, coincidencia de todos sus eventos vitales en una fecha fatídica: el 11 de noviembre. La película se centra, por tanto, en la sensación de déjà vu y el cuestionamiento de la realidad, elementos que, si bien prometen ser profundos, no logran alcanzar la densidad deseada.

Dirigida por Juan Antonio Bayona, conocido por su habilidad para entrelazar suspense y emoción en obras como “El Orfanato” y “El Laberinto del Fauno”, “11-11-11” se beneficia, sin duda, de su talento visual. La filmación, en general, es impecable, utilizando la ciudad de Barcelona como un escenario evocador y misterioso. La paleta de colores, oscuros y contrastantes, contribuye a la atmósfera de inquietud y melancolía que impregna la narrativa. Sin embargo, la dirección artística a veces se desvía hacia el exceso de estilismos, ralentizando el ritmo y abrumando un poco la narración.

La actuación de Octavio Dieguez, como el protagonista, es, en su mayor parte, sólida. Captura con precisión el dolor y el vacío interior de un hombre que ha perdido a sus seres queridos. Sin embargo, la carga emocional del papel, combinada con un guion a veces ambiguo y poco claro, obliga a menudo a Dieguez a recurrir a expresiones faciales y miradas que, aunque sinceras, no siempre son suficientes para transmitir la complejidad de sus emociones. La interpretación de los hermanos del protagonista, bien que contrastantes en personalidad y la presencia de Álvaro Cervantes como el padre, añaden matices a la historia, aunque sus roles no alcanzan un desarrollo completo.

El guion, sin embargo, es el punto más débil de la película. La premisa inicial, la coincidencia de eventos el 11/11/11, es interesante, pero se explora de manera superficial. El misterio se construye lentamente, generando cierta tensión, pero la resolución, finalmente, resulta decepcionante y poco convincente. Los diálogos son a menudo forzados y la lógica interna de la historia se tambalea en varios momentos, lo que lleva a la pérdida de interés del espectador. La película se atreve a jugar con conceptos filosóficos sobre el tiempo y la realidad, pero no profundiza lo suficiente en ellos, quedando como un ejercicio intelectual sin un desarrollo emocional palpable. Se pretende una reflexión sobre el sentido de la vida ante la pérdida, pero el resultado es más cercano a un thriller psicológico que no cumple su potencial.

En definitiva, “11-11-11” es una película visualmente atractiva pero carente de sustancia. La dirección es competente, las actuaciones son decentes, pero el guion, la clave de su éxito, es decepcionante. Una experiencia cinematográfica interesante, quizá, para aquellos que buscan un thriller psicológico con un toque de misterio, pero no para aquellos que esperan una reflexión profunda y con un final satisfactorio.

Nota: 6/10