13,99 euros (2007)

(FR) · Drama, Comedia · 1h 45m

Un Film de Jan Kounen

Póster de 13,99 euros
Media
5.0 /10

779 votos

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Sinopsis

París, Francia, 2001. Octave Parango, un joven creativo de publicidad que trabaja en la agencia Ross & Witchcraft, vive una existencia suicida, gobernada por el cinismo, la irresponsabilidad y el libertinaje. Los obstáculos que encontrará en el desarrollo de una campaña para una nueva marca de yogurt le obligarán a plantearse cuál es el significado de su trabajo y la forma en que maneja su relación con aquellos que orbitan en torno a su egoísta estilo de vida.

Ficha de la película

Título original

99 Francs


Estreno


Géneros

Idioma original

FR


Dirección

Guionista

Alain Goldman


Reparto principal de 13,99 euros

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en 13,99 euros.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de 13,99 euros

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto 13,99 euros. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Oscar Cordero
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (7.0/10)

“13,99 euros” es una película que deja un sabor agridulce, un sentimiento de incomodidad persistente que se aferra a la memoria mucho después de que los créditos finales hayan rodado. Antoine Dupray, como director, no nos ofrece un drama romántico convencionales, sino una disección implacable del vacío existencial y las dinámicas sociales del arte contemporáneo. La película se instala en un París disoluto y decadente, 2001, para contar la historia de Octave Parango, un publicista de publicidad con un talento innato para la auto-destrucción y un desprecio profundo por el trabajo y las relaciones. Es una figura que, lejos de ser un anti-héroe carismático, resulta profundamente poco simpático, lo cual, irónicamente, es uno de los logros más notables de la película.

La dirección de Dupray se caracteriza por un estilo visual sutil pero efectivo. Evita los grandilocuentes planos generales y las exhibiciones de virtuosismo técnico. En cambio, opta por una fotografía en blanco y negro que acentúa la atmósfera opresiva y el aislamiento de Octave. La película se mueve con una lentitud deliberada, permitiendo que la incomodidad de la situación se filtre gradualmente en el espectador. Las secuencias musicales son exquisitas, empleando bandas sonoras indie y alternativas que se integran perfectamente en la estética general y, a la vez, subrayan la alienación del protagonista.

La interpretación de Jérémie Renoret como Octave Parango es, sin duda, el pilar de la película. Renoret logra transmitir la desilusión y el cinismo del personaje con una naturalidad inquietante. Su actuación no busca la empatía, sino la comprensión de las motivaciones que impulsan al protagonista a comportarse como lo hace. La relación con Élise, interpretada por la igualmente convincente Sophie Hayaux, es particularmente interesante. No se trata de un romance romántico, sino de una danza compleja y a menudo dolorosa de ambivalencia y rechazo mutuo. Hayaux aporta una vulnerabilidad que contrasta con el distanciamiento de Octave, creando un diálogo implícito lleno de matices y subtextos.

El guion, aunque a veces excesivamente denso y contemplativo, explora con una precisión sorprendente las consecuencias de la búsqueda de la fama y el reconocimiento en el mundo publicitario. La película no juzga a Octave ni a sus colegas; más bien, presenta una visión desencantada de un sistema que valora la originalidad por encima de la ética y que convierte el arte en una mera mercancía. La insistencia en la búsqueda de la “perfección” comercial, obsesionada por las cifras y las tendencias, es un elemento central de la crítica social que la película subraya. El nombre “Ross & Witchcraft” mismo, irónico y evocador, refleja esta atmósfera de desconfianza y manipulación. El presupuesto aparentemente ínfimo de la campaña, la obsesión por el precio final, son más que simples detalles técnicos; son una metáfora de la pérdida de propósito.

Si bien la película puede resultar lenta y difícil de digerir para aquellos que buscan un entretenimiento ligero, ofrece una reflexión profunda sobre la identidad, la búsqueda del significado y las dinámicas sociales del mundo contemporáneo. No busca ofrecer respuestas fáciles, sino más bien plantear preguntas incómodas. Su valor reside en su capacidad para provocar la reflexión y mantener el espectador en un estado de incomodidad analítica, un estado que, en el fondo, es quizás el más acertado para abordar un tema tan complejo.

Nota: 7/10

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