18 Otra Vez (1988)

“18 Otra Vez” es una incursión en el género del viaje en el tiempo, o más precisamente, en el cuerpo del otro. La película, dirigida por Colin Trevorrow, no busca reinventar la rueda con un concepto novedoso, pero sí lo ejecuta con una sensibilidad que le permite dar profundidad a una premisa que podría haber resultado tremendamente superficial. La historia de David, interpretado por Jacob Batalon, es atrapante desde el principio. La sorpresa de descubrir que ha sido catapultado al cuerpo de su abuelo, Jack (Chris Evans), en pleno octagenario, genera una tensión dramática que impulsa la narrativa. La película explora de manera interesante las complejidades de la vejez, la pérdida de la juventud y el valor del tiempo.

La dirección de Trevorrow es particularmente buena. Logra mantener un equilibrio entre el humor y la melancolía, sin caer en clichés ni sentimentalismos gratuitos. La película sabe aprovechar la relación entre David y Jack, creando momentos genuinos de conexión y emoción. Chris Evans, sin duda, ofrece una actuación destacada. Su interpretación de Jack es sutil y compleja, logrando transmitir la frustración, la nostalgia y el amor que siente por su familia. Batalon, por su parte, también se muestra convincente en el papel de David, mostrando la confusión y la determinación del joven al intentar adaptarse a la vida del abuelo.

El guion, escrito por Trevorrow y Peter Vogel, es donde reside, en gran medida, la fortaleza de la película. Si bien la premisa no es radicalmente original, la historia se centra en el impacto emocional del viaje en el tiempo, explorando temas universales como el legado familiar, el arrepentimiento y la importancia de vivir el presente. El ritmo es adecuado, permitiendo que el espectador se involucre en la transformación de David y en su intento de cumplir su misión antes de que el tiempo se agote. Hay algunos momentos predecibles, pero la película se beneficia de una sólida construcción dramática y de diálogos bien escritos.

La cinematografía es elegante y, en general, efectiva. Se utilizan flashbacks con un estilo visualmente distintivo que ayudan a contextualizar la vida de Jack antes del accidente. Sin embargo, la banda sonora, a pesar de su elegancia, a veces resulta un poco intrusiva, sobre todo en las escenas más emotivas. La película podría haber sabido gestionar mejor el elemento de “magia” del viaje en el tiempo, evitando algunos efectos visuales que, aunque técnicamente correctos, resultan un poco artificiosos y alejan al espectador de la historia. No obstante, el resultado final es un film sólido y entretenido que invita a la reflexión sobre el valor de la vida y las relaciones familiares. Es un cine que, con madurez y sensibilidad, aborda una idea no tan común en el género.

Nota: 7/10