23:59: The Haunting Hour (2018)

“23:59: The Haunting Hour” no es, precisamente, una pieza de terror que te haga gritar y esconderte bajo las sábanas. Pero sí que consigue crear una atmósfera de inquietante suspense, una sensación de que algo está mal y que la realidad que percibimos es solo una fachada. La película, dirigida por Richie Koh, se centra en la vida de Tommy, un joven soldado atormentado por la burla y la soledad, que encuentra un refugio ilusorio en el arte de la escritura de relatos de terror. Esta necesidad de escape se convierte en la semilla de su propia desgracia.

La dirección de Koh es, en general, sólida. Crea una sensación constante de vulnerabilidad en el protagonista, a pesar de que la mayoría de las escenas son relativamente tranquilas. La película juega mucho con la iluminación y la banda sonora, elementos clave para generar la tensión psicológica que busca. Hay un uso eficaz del color, predominando tonalidades frías y oscuras que refuerzan la sensación de opresión y aislamiento. Sin embargo, a veces la lentitud puede volverse tediosa, y la película podría haber beneficiado de un ritmo más dinámico en algunos momentos.

La actuación de Richie Koh como Tommy es convincente. Logra transmitir la fragilidad emocional y la desesperación del personaje, mostrando un crecimiento gradual de su estado mental a medida que se sumerge más en su mundo de fantasías. Su vulnerabilidad es palpable, lo que permite al espectador conectarse con su lucha. El resto del elenco es competente, aunque sus papeles son menos desarrollados. La actriz que interpreta a la lectora de su blog, es particularmente efectiva, transmitiendo una mirada enigmática que sugiere una conexión más profunda y perturbadora con el protagonista.

El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. Si bien la premisa es interesante y se presenta de forma original, la ejecución a veces resulta predecible y carente de profundidad. Los flashbacks que revelan la historia del espíritu maligno son útiles para contextualizar la trama, pero no aportan mucho valor narrativo. La resolución final, aunque intenta ser impactante, se siente algo apresurada y un tanto forzada. La película explora temas como la soledad, la búsqueda de identidad y el poder de la imaginación, pero sin profundizar demasiado en ellos. Se conforma con ofrecer una experiencia de suspense ligero, más que un relato de terror realmente aterrador.

A pesar de sus defectos, “23:59: The Haunting Hour” es una película que se disfruta más por su atmósfera y su presentación visual que por la efectividad de su trama. Es una propuesta interesante para los amantes del cine de terror psicológico y la ambientación gótica. No es un clásico, pero sí una película que te hará pensar y te dejará con un escalofrío al final. No esperes sustos repentinos, pero sí una sensación persistente de que la oscuridad acecha más allá de lo que podemos ver.

Nota: 6/10