27 vestidos (2008)

“27 Vestidos” es una comedia dramática que, aunque no logra alcanzar la gloria de algunas comedias románticas más celebradas, ofrece un retrato sutil y a menudo conmovedor de las relaciones familiares y los sueños rotos. La película, dirigida con delicadeza por Michael D. Logan, se centra en Jane (una actuación honesta y matizada por Kristen Bell), una mujer atrapada en un rol familiar predefinido: la eterna dama de honor, la que siempre está ahí para apoyar, pero nunca la novia. La premisa, que al principio puede parecer un cliché, se explora con una sensibilidad que evita caer en la caricatura y permite al espectador conectar con la frustración y el anhelo de Jane.

El guion, aunque a veces predecible en su estructura, se beneficia de diálogos inteligentes y personajes secundarios bien construidos. La relación entre Jane y su hermana, Olivia (una interpretación encantadora por Aubrey Plaza), es el corazón de la película. No es una relación de enemistad, sino más bien de amor fraternal complicado por la competitividad, la envidia y los secretos. Logan utiliza el subtexto con maestría, dejando que las miradas y los gestos comuniquen más de lo que se dice verbalmente. La película consigue, con sutileza, mostrar la complejidad de las dinámicas familiares, donde las intenciones ocultas y las heridas del pasado pueden reabrirse en cualquier momento.

Kristen Bell demuestra su versatilidad al interpretar a una mujer que ha sacrificado sus propios sueños por cuidar de los demás. Su interpretación es creíble y evita el melodrama, ofreciendo un retrato de Jane que es a la vez vulnerable y divertida. La química entre Bell y Plaza es palpable, y la tensión entre ellas es uno de los puntos fuertes de la película. La dirección de Logan se centra en la intimidad de la situación, utilizando planos cerrados y una iluminación cálida para crear una atmósfera acogedora, aunque a veces un poco densa. La banda sonora, discreta pero efectiva, complementa la historia sin abrumarla.

Sin embargo, la película no está exenta de fallos. El ritmo es algo pausado, y el desenlace, aunque satisfactorio, podría haber sido más audaz. Algunas de las situaciones cómicas son un poco forzadas, y la película podría haberse beneficiado de un mayor desarrollo de la relación entre Jane y su jefe. A pesar de estas pequeñas carencias, "27 Vestidos" es una película que invita a la reflexión sobre las elecciones que hacemos en la vida y el precio que pagamos por cuidar de los demás. Ofrece una visión realista y emotiva de las relaciones familiares y la búsqueda de la felicidad, con un toque de humor que alivia la tensión dramática. Es un pequeño triunfo en un género a menudo dominado por el glamour y el espectáculo.

Nota: 7/10