“3 Días para Matar” es una película que, en lugar de sorprender con un giro argumental radical, nos entrega un thriller de acción tenso y visceral, aunque con algunos tropiezos en su ejecución. La premisa, una agente secreta que se ve obligada a colaborar con un agente encubierto, enfermo de un cáncer terminal, para llevar a cabo una misión letal, es atractiva desde el principio. La idea de un personaje, al borde de la muerte, arriesgándose a morir en otra misión añade una capa de desesperación y urgencia que, en teoría, debe generar un ritmo implacable. Y, en gran medida, lo consigue.
La dirección de Denis Villeneuve es precisa y mantiene una atmósfera claustrofóbica constante, casi opresiva. La película se basa en la tensión, la incertidumbre y la sensación de que un error podría ser fatal. Villeneuve construye escenas de acción con un cuidado meticuloso, aprovechando al máximo los espacios reducidos y la iluminación sombría para crear un efecto visual impactante. Sin embargo, a veces la película se deja llevar por un exceso de estilismo, priorizando la estética sobre la narrativa orgánica. El uso de la cámara, aunque técnicamente impecable, puede sentirse un poco artificioso en algunos momentos, interrumpiendo la inmersión en la historia.
Las actuaciones son sólidas, con un Charlize Theron excepcionalmente carismática como Lorraine Vega. Su personaje es complejo, atormentado por su pasado y consumido por la necesidad de salvar su vida. Jason Statham, por su parte, entrega su habitual interpretación de acción, firme y resoluta, aunque su personaje, el agente encubierto, carece de profundidad. La química entre Theron y Statham es palpable, aportando dinamismo a la relación que se desarrolla entre ellos. Es un duo que se complementan muy bien en la pantalla. La química entre ambos es uno de los puntos fuertes de la película. Sin embargo, la relación entre los personajes a veces se siente un poco forzada, con diálogos que no siempre tienen la suficiente fuerza para justificar sus acciones.
El guion, la mayor debilidad de la película, se apoya demasiado en clichés del género y en esquemas narrativos predecibles. Los diálogos, como ya se ha mencionado, son a veces torpes y poco inspirados. A pesar de los esfuerzos de la película por generar sus propios motivos y conflictos, el núcleo argumental, en esencia, es bastante convencional. Se siente que la película busca compensar las deficiencias del guion con un ritmo acelerado y escenas de acción deslumbrantes, pero esto no logra enmascarar la falta de originalidad en la trama. A pesar de lo que se ha dicho, las intenciones de la película son buenas, pero el resultado final no alcanza el nivel esperado. Es un thriller que se disfruta, sin duda, pero que no deja una huella duradera.
Nota: 6/10