365 días (2020)

“365 días”, la ambiciosa y polémica propuesta de Lewis Bassegno, se presenta como un thriller erótico que busca explorar los límites del control, el poder y la manipulación en un contexto siciliano. La premisa, si bien arriesgada, se desenvuelve en una historia de secuestro y seducción donde el amor, o lo que se confunde con él, emerge como el arma principal. La película, sin embargo, ofrece una experiencia cinematográfica compleja, llena de contradicciones y, en ocasiones, palpable torpeza.

La dirección de Bassegno se caracteriza por una estética cuidada, que evoca la belleza melancólica de Sicilia y la opulencia de la mafia. La fotografía es notablemente atractiva, utilizando colores vibrantes y composiciones que intensifican la atmósfera sensual. Sin embargo, la dirección se ve a menudo eclipsada por un ritmo desordenado y decisiones estilísticas que, más que sugerir, terminan divagando. Las escenas de sexo, elementos centrales de la trama, son filmadas con naturalidad, pero a veces sin lograr transmitir la tensión o el deseo que deberían acompañar la escena. El director no siempre logra dar el espacio necesario para que la narrativa respire, y la película, en su mayor parte, se siente sobrecargada de elementos visuales y emocionales.

Las actuaciones son desiguales. Lucian Salvini, como Massimo, ofrece una interpretación carismática y despiadada, capturando con maestría la frialdad y la ambición del protagonista. Su personaje es un villano con una justificación moral, aunque discutible, que le permite justificar sus acciones. Sin embargo, el resto del reparto, incluyendo Alexandra Daurback como Laura, no logran alcanzar la misma profundidad. La interpretación de Daurback, aunque funcional para el rol, se limita a la pasividad y la vulnerabilidad, perdiendo la oportunidad de explorar la complejidad de su personaje. La química entre los protagonistas es a veces forzada, lo que dificulta la inmersión en la relación que se supone que está en desarrollo.

El guion, que se basa en la novela homónima de Blasco Badiani, es donde la película más notablemente falla. La trama avanza a un ritmo vertiginoso, saltando constantemente entre escenas de violencia, romance y drama, sin dar tiempo a desarrollar los personajes o explorar las motivaciones de ninguno. Los diálogos son, en general, poco inspirados, y la historia se llena de clichés del género erótico. Se insinúa una reflexión sobre el poder, el control y la libertad, pero estas ideas quedan meramente a medias, enterradas bajo una capa de melodrama y violencia gratuita. La resolución final, intencionadamente abrupta, deja al espectador con una sensación de inconclusión y frustración. La película parece, más que explorar las complejidades de la atracción, buscar generar controversia y choca contra la línea de lo ético en varias ocasiones.

A pesar de sus defectos, “365 días” es una experiencia cinematográfica que genera debate. La estética visual es atractiva, las actuaciones de Salvini son convincentes y la premisa es lo suficientemente interesante como para despertar la curiosidad. No obstante, el guion deficiente y la dirección poco pulida impiden que la película alcance su potencial y la convierten en un thriller erótico que, más que ser un éxito, se recuerda por su polémica.

Nota: 5/10