“4.3.2.1” es una propuesta cinematográfica intrigante, pero que termina siendo una decepción por su propia ambición. La premisa, un grupo de amigas que se encuentra a la deriva en sus vidas y que, de forma inesperada, se ve involucrado en un atraco a diamantes, promete un thriller frenético y lleno de giros. Sin embargo, el filme no logra convertir esa idea en una experiencia verdaderamente satisfactoria. La dirección de Matthew Charron se muestra competente en la construcción de la tensión y en la creación de un ambiente claustrofóbico, especialmente en las secuencias de persecución. Los planos son dinámicos y se aprovechan la arquitectura de las ciudades de Nueva York y Dallas para generar un sentido de urgencia. No obstante, a veces el ritmo se vuelve vertiginoso hasta el punto de resultar confuso, con demasiados cambios de escena y una falta de tiempo para que el espectador realmente se conecte con los personajes.
Las actuaciones son un punto fuerte de la película. El elenco, liderado por Riley Keough, Gugu Mbatha-Raw, Jodie Comer y Angela Bassett, ofrece un trabajo sólido. Keough, en particular, demuestra una gran capacidad de interpretación al dar vida a Jo, la protagonista, una mujer atrapada en una rutina que lucha por encontrar su lugar en el mundo. Mbatha-Raw aporta una presencia imponente y una vulnerabilidad conmovedora. Comer y Bassett, si bien tienen papeles menos desarrollados, contribuyen al encanto del grupo. La química entre las cuatro amigas es palpable y, a pesar de la tensión de la trama, se percibe un vínculo genuino. Sin embargo, el guion, firmado por Matthew Charron y Ben Ketai, carece de profundidad. Los personajes son más arquetipos que individuos complejos, y sus motivaciones a menudo son poco claras. El desarrollo de la historia, aunque rápida, se siente apresurado, con diálogos a veces forzados y subtramas que no llegan a resolverse satisfactoriamente. La construcción de la trama, que inicialmente promete un thriller inteligente, se desvía en ocasiones hacia un melodrama exagerado.
El guion, tal como mencionaba anteriormente, es un punto débil crucial. Se intenta abarcar demasiadas ideas y temas, desde la libertad femenina hasta la búsqueda de la identidad, pero sin profundizar en ninguno de ellos. Los flashbacks, supuestamente destinados a enriquecer la historia, a menudo interrumpen el flujo narrativo y no aportan nada significativo. Se podría argumentar que el film intenta ser una reflexión sobre la vida de las mujeres en el siglo XXI, pero la representación resultante es superficial y estereotipada. El giro final, si bien pretende sorprender, resulta previsible y no tiene el impacto dramático que se esperaba. La película, en definitiva, se siente como una serie de escenas desconectadas que, juntas, forman una historia de acción con cierta premisa interesante pero con un desarrollo desaprovechado. La ambición del proyecto, sin duda, es encomiable, pero la ejecución no cumple con las expectativas creadas.
Nota: 5/10