65 (2023)

“65” es una propuesta que, en teoría, apuntaba a ser un thriller de supervivencia prehistórico de la misma calaña que “Jurassic Park” o “La Jungla Sangrienta”, pero en la práctica, se queda a medio camino entre un desastre de ideas y una aventura de acción olvidable. La premisa, la de un piloto varado en la Tierra hace 65 millones de años, es inherentemente atractiva y ofrece un enorme potencial narrativo. Sin embargo, la ejecución es tan torpe que, en lugar de sumergirnos en un mundo prehistórico creíble, nos sentimos constantemente desconectados y exasperados.

La dirección de Adam Wingard, conocido por su estilo perturbador en “The Witch” y “Rosemary’s Baby”, carece de la atmósfera y la tensión que podría haber aprovechado el escenario. Se apuesta demasiado por la acción directa y los efectos especiales ostentosos, relegando a un segundo plano el desarrollo de la atmósfera y la sensación de amenaza inminente. La dirección, a menudo, se siente apresurada y superficial, como si Wingard se preocupara más por mostrar los dinosaurios que por construir una historia convincente.

La película cuenta con el peso de Gerard Butler en el papel del piloto Mills, un personaje que, si bien tiene un buen punto de partida, termina siendo un cliché de acción masculina. Butler ofrece su habitual intensidad, pero la escritura del personaje es tan plana y unidimensional que no consigue generar ninguna empatía. La actuación de Ariana Guerra como Koa, la joven científica, es similarmente carente de profundidad, limitándose a un papel de apoyo funcional. La química entre los protagonistas es inexistente, lo que dificulta la conexión emocional con su lucha por la supervivencia.

El guion es, sin duda, el principal problema de la película. Las conversaciones son torpes y poco naturales, la trama se complica innecesariamente y la resolución, predecible y mal ejecutada, no aporta ninguna sorpresa. La película recurre a clichés de género, a diálogos artificiales y a situaciones improbables que restan credibilidad a la historia. Además, el constante recurso a flashbacks, aunque pretendía enriquecer el desarrollo de personajes, termina fragmentando la narrativa y ralentizando el ritmo de la película.

A pesar de las críticas, la película cuenta con algunos efectos especiales decentes, que logran recrear algunos de los dinosauros con un nivel visual satisfactorio. Sin embargo, incluso estos momentos de virtuosismo técnico no pueden compensar las deficiencias del resto de la producción. “65” es una película con ideas interesantes que, lamentablemente, no llegan a materializarse. Un ejercicio de entretenimiento superficial que no dejará una impresión duradera.

Nota: 4/10