“70 Binladens” es, sorprendentemente, una de las películas más inquietantes que he visto en el último año. No se trata de un thriller convencional, con giros de guion explosivos o persecuciones frenéticas, sino de un estudio psicológico sobre la desesperación, la vulnerabilidad y la desesperada búsqueda de una salida a una crisis existencial. La película, dirigida por Murat Okuner, no se centra tanto en el mecanismo del atraco en sí, sino en el estado emocional de Raquel, interpretada magistralmente por una Úrsula Corberó absolutamente devastadora.
Corberó aporta una dimensión humana y palpable a un personaje que podría fácilmente caer en clichés de “mujer en apuros”. Su Raquel no es una heroína, ni siquiera una víctima pasiva; es una mujer consumida por el miedo y la culpa, un laberinto de decisiones desesperadas. Su mirada, su lenguaje corporal, todo comunica una profunda angustia que te atrapa desde el primer minuto. La dirección de Okuner se centra, inteligentemente, en la inmediatez del momento. El ritmo es pausado, casi glacial, permitiendo que el espectador sienta la presión sobre Raquel, la urgencia del reloj y el peso de sus problemas. No se apresuran en dar explicaciones, en mostrar el pasado. La ambigüedad es fundamental; nos preguntamos constantemente por qué se encuentra en esa situación, por qué ha llegado a este punto. Y esa incertidumbre, esa falta de respuestas fáciles, contribuye significativamente a la tensión dramática.
El guion, por su parte, es sutil y efectivo. Evita los simplismos y las soluciones mágicas, presentando una situación real y cruel. La película no glorifica la delincuencia, sino que la muestra como una consecuencia inevitable de la desesperación. La ambientación, cuidada en los detalles, refuerza el ambiente claustrofóbico y opresivo. La fotografía, oscura y con una paleta de colores apagados, acentúa la sensación de angustia. La banda sonora, discreta pero presente, se suma a la atmósfera inquietante. A pesar del reducido elenco, los actores complementarios ofrecen interpretaciones sólidas, trabajando en armonía con Corberó. El guionista, Murat Okuner, se aleja del melodrama tradicional y se sumerge en una narrativa que explora las zonas más oscuras de la psique humana.
Sin embargo, la película no está exenta de ciertas fallas. A veces el ritmo, por meticuloso que sea, puede sentirse un poco lento para algunos espectadores. Además, la resolución final, aunque impactante, podría considerarse algo abrupta y poco desarrollada. No obstante, estas pequeñas imperfecciones no impiden que “70 Binladens” sea una película memorable, una exploración perturbadora de la vulnerabilidad humana y la desesperación. Es una película que te acompañará mucho después de que termine, te obligando a reflexionar sobre las decisiones que tomaríamos en una situación similar.
Nota: 7/10