8 A South African Horror Story (2020)

“8 A South African Horror Story” no es una película que te asuste con sustos fáciles y jump scares baratos. En cambio, construye un terror psicológico paciente y profundamente perturbador que se arraiga en la atmósfera opresiva de la provincia sudafricana y en las profundas heridas del pasado. La película, dirigida por Johan Grobbelaar, se centra en la llegada de William Ziel a la granja de su padre, un lugar cargado de dolor y recuerdos que se convierte en el epicentro de una narrativa inquietante y, en última instancia, desoladora.

La dirección de Grobbelaar es magistral. Él utiliza la puesta en escena, el diseño de producción y la fotografía para crear una sensación constante de incomodidad y desasosiego. La granja, con sus edificios decrépitos y su paisaje desolado, se convierte en un personaje en sí mismo, un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan de forma inquietante. La iluminación, a menudo sombría y apagada, contribuye a un ambiente claustrofóbico que te rodea y te asfixia. No se rehúye a la belleza agreste del entorno, pero la envuelve en una atmósfera de melancolía y fatalidad.

Las actuaciones son excepcionales. David Finigan, como William Ziel, transmite una vulnerabilidad y un dolor silencioso que son conmovedores. Su lucha por reconstruir su vida y reconciliarse con el pasado es palpable y, a su vez, comprensible. Sin embargo, es la interpretación de Jacques De Villiers como Lázaro la que realmente destaca. De Villiers ofrece una actuación sutil pero absolutamente convincente, transmitiendo la desesperación y el horror de un hombre atormentado por un secreto oscuro. La lentitud y la quietud de su personaje son, paradójicamente, lo que lo hace tan aterrorizante.

El guion es la verdadera joya de la película. La construcción lenta del suspense es deliberada y efectiva. La historia se desvela gradualmente a través de diálogos fragmentados, flashbacks y pistas sutiles. La película no explica todo, y deja mucho a la interpretación del espectador. El tema del luto, la culpa y el peso de los secretos familiares es tratado con sensibilidad y profundidad. La relación entre William y Lázaro, inicialmente basada en la coincidencia, se desarrolla con una creciente tensión y un sentido de fatalidad inevitable. El "niño demonio", aunque presente como una amenaza omnipresente, nunca es el foco principal. El verdadero terror reside en la fragilidad de las personas y en la posibilidad de que el pasado nos persiga, incluso después de que creamos que lo hemos dejado atrás.

“8 A South African Horror Story” es una película lenta, contemplativa y, en definitiva, muy efectiva. No es para todos los públicos, pero aquellos que busquen un terror psicológico auténtico y una exploración profunda del espíritu humano no se arrepentirán. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas difíciles sobre el luto, la redención y la naturaleza del mal. Es una experiencia cinematográfica que te perseguirá mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 8/10