8 Cabezas (1997)

“8 Cabezas” (2023) es una propuesta visceral y perturbadora que, a pesar de su premisa grotesca, logra mantener una tensión sostenida durante su duración. La película, dirigida por Remi Weekes, se erige como un thriller de acción gótico y un estudio sobre la brutalidad y la corrupción de la mafia italiana, pero con una estética que la aleja por completo de las convenciones del género. La ambición visual de Weekes es, sin duda, la mayor fortaleza de la película.

La dirección es absolutamente impresionante. Weekes crea una atmósfera opresiva y claustrofóbica, utilizando la luz, la sombra y el color para manipular la percepción del espectador y sumergirlo en el mundo febril y desorientado de Tommy Spinelli (Joes Pesci). El uso de la fotografía en blanco y negro, intercalado con flashes de color sutiles y a veces violentos, es magistral. La película se siente como un sueño febril, una pesadilla donde la realidad se distorsiona constantemente. Los planos largos, la cámara a menudo colocada en el suelo, y el movimiento de cámara fluido y preciso, contribuyen a un sentido de inestabilidad y desorientación que refleja la mente descontrolada de su protagonista.

Joes Pesci ofrece una actuación memorable. Su interpretación de Tommy Spinelli es contundente y compleja. El actor, a menudo relegado a personajes cómicos, demuestra una enorme versatilidad y entrega una interpretación llena de matices. Pesci no sólo personifica la desesperación y la paranoia de Spinelli, sino que también transmite su fragilidad y vulnerabilidad. La química entre Pesci y Bruce Dern, quien interpreta al misterioso y despiadado jefe de la mafia, es palpable y añade una capa de tensión y ambigüedad a la historia. La presencia de Dern es sutil pero fundamental para el desarrollo de la trama.

El guion, aunque a veces se siente un poco apresurado y depende en exceso de la tensión y la atmósfera, presenta algunos momentos de brillante ingenio. La historia de la búsqueda de la maleta y de las cabezas se convierte en un juego de gato y ratón surrealista, lleno de giros inesperados y situaciones absurdas. Sin embargo, algunas de las escenas de violencia, aunque bien coreografiadas y visualmente impactantes, se sienten un poco excesivas y podrían haber sido utilizadas con mayor moderación para realzar el impacto emocional de la narrativa. La exploración de la corrupción y la lealtad en el seno de la mafia, aunque breve, es intrigante y plantea preguntas sobre la naturaleza del poder y la moralidad.

En resumen, “8 Cabezas” es una experiencia cinematográfica inquietante y original, que desafía las expectativas del espectador. Aunque no es perfecta, la dirección innovadora, las actuaciones destacadas y la atmósfera opresiva la convierten en una película memorable que permanece en la memoria mucho después de que termina la proyección.

Nota: 7/10