9 Balas (2022)

“9 Balas” no es un thriller de acción pulcro y elegante, sino una explosión visceral y una declaración de intenciones: una suerte de manifiesto sobre la supervivencia, la maternidad y la búsqueda de la redención en un mundo hostil. La película, dirigida por Denis Villeneuve (sí, el mismo de Arrival y Sicario), entrega un ritmo deliberado, un estudio de personajes profundamente arraigados y una atmósfera de tensión constante que se filtra a través de cada fotograma. No es un espectáculo visual ostentoso, sino una película que se construye lentamente, a través de la mirada intensa y desarmante de Lena Headey, quien asume el papel principal con una autenticidad y una fuerza emocional que son el corazón de la narrativa.

Headey, conocida por su trabajo en Juego de Tronos, demuestra aquí una habilidad considerable para transmitir la complejidad de su personaje, Sarah, una mujer marcada por el pasado, apegada a su oficio de burlesque y ahora convertida en escritora. Su Sarah es atormentada, frágil, pero también decidida y, en última instancia, increíblemente protectora. Su relación con el joven Noah, interpretado por Noah Jupe, es el núcleo emocional de la película, un vínculo que se forma en la desesperación y que se convierte en la razón de su lucha. Jupe, por su parte, ofrece una actuación notable, dotando al personaje de vulnerabilidad y una inocencia que contrasta con la violencia que lo rodea. La química entre Headey y Jupe es palpable y fundamental para el impacto emocional de la película.

El guion, escrito por Michael Brandt y Derek Kolstad, no rehúye de la brutalidad, pero tampoco se la aferra como un recurso barato. La violencia se presenta como consecuencia directa de las decisiones tomadas por los personajes y del ambiente corrupto en el que se mueven. Sin embargo, la película es inteligente en su tratamiento de la violencia, evitando la glorificación y centrándose en las consecuencias devastadoras que tiene para todos los involucrados. El antagonista, interpretado por Sam Worthington, no es un villano caricaturesco, sino un personaje motivado por un pasado trágico, lo que le otorga una mayor profundidad y complejidad. Worthington, como siempre, aporta una presencia imponente y una intensidad convincente.

Villeneuve, a través de su habitual estética visual y su dirección precisa, construye una atmósfera densa y opresiva, jugando con la luz, el color y el sonido para intensificar la sensación de peligro constante. La película no se basa en persecuciones frenéticas o explosiones grandilocuentes, sino en el suspenso psicológico, en la sensación de que en cualquier momento algo terrible puede suceder. Es una película que te obliga a prestar atención, a reflexionar sobre los temas que plantea: la pérdida, la venganza, la importancia de la familia y la lucha por la supervivencia. “9 Balas” es, en definitiva, una obra cinematográfica adulta, sombría y profundamente satisfactoria, que se queda en la memoria mucho después de que terminan los créditos.

Nota: 8/10