A 47 metros 2: El terror emerge (2019)

“A 47 Metros 2: El terror emerge” es, sin duda, un ejercicio en experimentar con el subgénero del terror subacuático, pero le falta la sustancia narrativa que podría haber elevado a la película a algo más memorable. Tras el éxito del original, esta entrega desplaza la acción a Recife, Brasil, ofreciendo un cambio de escenario visualmente atractivo y, presumiblemente, rico en biodiversidad marina. Sin embargo, la película se pierde en la presentación de un trasfondo superficial y en la ejecución de sus elementos de terror.

La dirección de David Bonnet, responsable del original, mantiene su estilo visual, caracterizado por una fotografía cuidada y un uso efectivo del buceo para generar tensión y claustrofobia. Las escenas submarinas son, sin duda, las más logradas de la película; se siente real la amenaza que representan los tiburones y el peligro que acecha en la oscuridad. No obstante, el ritmo se ve afectado por una excesiva dependencia en estas secuencias de acción, dejando poco espacio para el desarrollo de personajes o una trama sólida. La banda sonora, aunque efectiva en algunos momentos para enfatizar la inquietud, también se siente redundante y a menudo predecible.

El elenco de protagonistas, formado por un grupo de chicas jóvenes en busca de emociones fuertes, no logra conectar emocionalmente con el espectador. Las actuaciones, en general, son correctas pero carecen de profundidad. Se intuye que las actrices están haciendo lo mejor que pueden con los diálogos poco inspirados y la falta de desarrollo de sus personajes. Es evidente que la prioridad no fue crear personajes memorables, sino simplemente proporcionar caras conocidas para acompañar la acción. El conflicto central, la búsqueda de una ruina submarina y la presencia de una civilización perdida, se siente diluido en un conjunto de sustos fáciles y una exploración superficial de temas como el turismo y la explotación de los recursos naturales.

El guion es, en última instancia, el mayor problema de la película. La trama se construye sobre premisas interesantes pero las desarrolla de manera apresurada y sin profundizar en los detalles. Los secretos de la civilización submarina se revelan de forma abrupta, y las motivaciones de los personajes no están del todo claras. La película parece más preocupada por crear un espectáculo visual rápido que por construir una narrativa convincente. Aunque se intenta crear un elemento de misterio, la resolución final resulta anticlimática y poco satisfactoria. En resumen, “A 47 Metros 2” ofrece un espectáculo de terror subacuático que, aunque visualmente estimulante, carece de la profundidad y la complejidad necesarias para marcar una diferencia real en el género.

Nota: 5/10