A Fierce Green Fire (2013)

“A Fierce Green Fire” no es simplemente una película documental, es un viaje emocional y un testimonio crucial sobre la evolución del movimiento ambientalista. La película, dirigida por Sallie Bingham, se adentra en la historia del Greenpeace desde sus humildes comienzos en la década de 1970, ilustrando una lucha constante, una batalla por la conciencia y la justicia en un mundo sediento de progreso y, a menudo, de destrucción. No se trata de un relato heroico; más bien, se presenta una narrativa realista y a veces dolorosa sobre las dificultades, los sacrificios y la constante necesidad de replantearse la estrategia en un campo donde el enemigo es tanto la apatía humana como las poderosas fuerzas económicas que se oponen a cualquier cambio significativo.

La película destaca por su enfoque en las personas que han dedicado sus vidas a esta causa. El documental se centra en figuras clave como Patrick Moore, uno de los fundadores de Greenpeace, cuya transformación desde un reconocido científico marín hasta un ferviente activista, es particularmente conmovedora. La película no idealiza a estos individuos; muestra sus dudas, sus errores y sus momentos de frustración, lo que le confiere una profundidad y un realismo que pocas documentales de este tipo alcanzan. Las entrevistas son extensas y reveladoras, ofreciendo una visión interna de las motivaciones y los desafíos que enfrentan los activistas.

La dirección de Bingham es sutil y efectiva. Evita el melodrama, permitiendo que la historia respire. La película no se adormece en la repetición de imágenes de desastres ambientales, aunque sí las incluye, siempre con un propósito narrativo. En cambio, se centra en las estrategias, los debates internos y las consecuencias emocionales de la lucha. El guion, a pesar del enfoque en las entrevistas, está bien estructurado y maneja con maestría la complejidad del tema. La película explora no solo la razón detrás de la acción de Greenpeace, sino también las dificultades de comunicar una visión radical a un mundo dominado por la lógica del mercado. Se pregunta qué significa realmente "ser verde" y cómo traducir esa valía en una forma de vida tangible.

Lo más perdurable de "A Fierce Green Fire" es su capacidad para destacar la importancia del movimiento ambientalista en el contexto de nuestra época. La película subraya que la batalla por la sostenibilidad no es solo una cuestión de proteger la naturaleza, sino también de reclamar nuestro lugar en el planeta. No es una película fácil de ver, ya que implica una confrontación con la realidad del daño que hemos causado, pero su mensaje es urgente y necesario. Es un recordatorio de que la acción, por pequeña que sea, puede marcar la diferencia. La película no ofrece soluciones fáciles, pero sí nos insta a reflexionar sobre nuestro papel como ciudadanos del mundo y a participar en la construcción de un futuro más justo y sostenible.

Nota: 8/10