A las duras y a las maduras (1997)

“A las duras y a las maduras” es una comedia dramática que, en primera instancia, parece un ejercicio de ‘catástrofe’, pero que, afortunadamente, evoluciona en algo más significativo y sorprendentemente emotivo. La premisa –un matrimonio adinerado desmoronándose por la infidelidad y la avaricia, estafado por su propio contador– es, sin duda, llamativa y ofrece un punto de partida sólido. Sin embargo, la película se distingue por su inesperado giro, llevándolos a un entorno rural y conservador como la comunidad amish, un elemento que aporta una frescura y un contraste notable con la vida lujosa que habían conocido.

La dirección de Frank Coraci es, en general, competente y consigue mantener el equilibrio entre la comedia y el drama. Si bien algunas situaciones se sienten un poco exageradas para generar risas, la película nunca pierde el ritmo y mantiene un tono ligero que permite al espectador conectar con los personajes. El uso de la cámara es deliberado, enfatizando la desconexión inicial de los protagonistas con las costumbres y tradiciones de la comunidad amish. El director sabe mantener la tensión narrativa, aunque el final, que busca un mensaje sobre la importancia de la familia y la simplicidad, se siente un poco forzado y clichero.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los mayores atractivos de la película. Michael Douglas y Diane Keaton, dos actores icónicos, ofrecen interpretaciones sólidas y convincentes. Douglas, en particular, demuestra su versatilidad al retratar un hombre en crisis, pasando de la arrogancia a la vulnerabilidad con notable sutileza. Diane Keaton también brilla, aportando un aire de sabiduría y un toque de humor a la mezcla. La incorporación del joven actor Nathan Stewart Chamberlain como el contable estafador es un acierto; consigue transmitir la astucia y la desesperación de un hombre que ha cometido un error mayúsculo. Aunque las interpretaciones del resto del elenco son correctas, no logran dejar una impresión tan profunda.

El guion, en gran medida, se basa en la evolución de los personajes. La película explora temas como la crisis matrimonial, la culpa, el arrepentimiento y la redefinición de lo que es importante en la vida. Si bien la trama principal es predecible, la película logra sorprender al espectador con pequeños detalles y situaciones inesperadas que añaden profundidad a la historia. La introducción del mundo amish ofrece un contraste cultural interesante y sirve para cuestionar los valores de la sociedad moderna. El guion, aunque sencillo en su estructura, se beneficia de diálogos ingeniosos y de momentos de genuina emoción. Sin embargo, la película podría haber profundizado más en el choque cultural y en la adaptación de los protagonistas a este nuevo entorno.

En definitiva, "A las duras y a las maduras" es una comedia dramática agradable, con buenas actuaciones y un mensaje positivo sobre la importancia de valorar las cosas sencillas. Aunque no llega a ser una obra maestra, es un entretenimiento sólido que ofrece un respiro del cine convencional. Es una película que invita a la reflexión y que, sobre todo, nos recuerda que a veces, para encontrar nuestro camino, debemos perdernos un poco.

Nota: 7/10