A Second Chance (2015)

“A Second Chance” (2023) es un drama romántico que, a pesar de su premisa familiar, no logra alcanzar la profundidad emocional que promete. La película, dirigida por Eduardo Cazama, se centra en la historia de Popoy y Basha, una pareja recién casada que se enfrenta a los desafíos de la vida matrimonial y a la empresa familiar que heredan juntos. La historia, en esencia, es sencilla y tiene el potencial de ser conmovedora, pero el guion carece de la chispa necesaria para realmente cautivar al espectador.

El guion se siente a veces estirado y predecible. Los conflictos, aunque presentados con ciertas formalidades, no están suficientemente explorados. Las discusiones entre Popoy y Basha, por ejemplo, se sienten ocasionales y superficiales, lo que impide que el espectador se conecte genuinamente con sus luchas. Hay momentos que sugieren una profundidad mayor, pero la película se abstiene de profundizar en las raíces de sus tensiones y la evolución de su relación. El desarrollo de la trama se siente a veces demasiado rápido y la resolución de los problemas se presenta de forma algo forzada. Es comprensible la necesidad de mantener un ritmo, pero la falta de desarrollo de ciertos personajes secundarios, y su importancia para la trama principal, se hace notable.

Sin embargo, la película cuenta con dos elementos fuertes: las actuaciones y la dirección. Andrés Parodi y Mariana Troncoso, como Popoy y Basha, ofrecen interpretaciones convincentes. Parodi logra transmitir la frustración y el deseo de seguridad de Popoy, mientras que Troncoso captura la sensibilidad y el pragmatismo de Basha. La química entre ambos actores es palpable, y logran dar credibilidad a la dinámica de su pareja. Su trabajo compensa en gran medida las fallas del guion. Además, la dirección de Eduardo Cazama es visualmente atractiva. Utiliza tomas largas y contemplativas que ofrecen un espacio para la reflexión, especialmente en las escenas que muestran la belleza del entorno natural donde se desarrolla la historia. El uso de la fotografía es elegante y contribuye a crear una atmósfera melancólica y nostálgica, aunque a veces excesivamente estilizada.

En definitiva, “A Second Chance” es una película con potencial, pero que se queda a medio camino. Aunque las actuaciones son sólidas y la dirección es cuidada, el guion simplista y la falta de profundidad emocional limitan su impacto. La película ofrece un vistazo a las dificultades de la vida marital y familiar, pero no logra convertir estas experiencias en algo verdaderamente memorable. Si buscas un drama romántico ligero y visualmente agradable, podría ser una opción aceptable. Sin embargo, si esperas una historia con mayor sustancia y complejidad, es probable que te sientas decepcionado. Es un entretenimiento confortable, pero no particularmente emocionante o reflexivo.

Nota: 6/10