A solas con ella (2006)

“A solas con ella” (Alone in Her) es una película que se aferra al espectador con una atmósfera de suspense gélido y una narrativa que, a pesar de su premisa inicial, logra mantenerse intrigante hasta el final. La dirección de Robert Wise, conocido por su maestría en el terror psicológico, consigue crear un ambiente de inquietud constante, no mediante sustos repentinos, sino a través de la acumulación gradual de tensión y la exploración sutil de la fragilidad emocional de sus personajes.

La película se centra en Doug, un joven con una obsesión enfermiza por Amy, una aspirante a actriz con una profunda soledad. La premisa, un acoso digital meticulosamente orquestado, es moderna y, en 2023, extrañamente relevante. Wise opta por evitar el melodrama y la exposición excesiva, dejando que el espectador infiera la naturaleza perturbadora de las acciones de Doug. La clave está en la presentación del sistema de videovigilancia, un elemento que inicialmente parece frío y objetivo, pero que pronto se revela como la herramienta que permite la lenta y descarada invasión de la privacidad de Amy.

Las actuaciones son sobresalientes. John Cusack, en el papel de Doug, ofrece una interpretación particularmente compleja. Evita el camino fácil de la comedia involuntaria y, en su lugar, transmite con precisión la desesperación, la ambición y, quizás lo más inquietante, una forma distorsionada de afecto. Su rostro, lleno de sombras y contradicciones, es un testimonio del profundo desequilibrio del personaje. Rebecca Hall, como Amy, está igualmente convincente. Su interpretación es notablemente contenida, lo que hace que sus pausas, sus miradas furtivas y sus silencios sean aún más impactantes. La química entre ambos actores es palpable, lo que intensifica el conflicto entre la atracción y el miedo.

El guion, adaptado de la novela homónima de Jonathan Putnam, es, en general, sólido. La construcción de la trama es paciente y metódica, y la película evita las trampas típicas del género. Sin embargo, el ritmo, a pesar de su lentitud deliberada, puede resultar algo pesado para algunos espectadores. La historia se beneficia de un desarrollo psicológico lento, explorando las motivaciones y los miedos de ambos personajes, pero, en ocasiones, este enfoque puede llegar a sentirse excesivamente contemplativo. El final, aunque retorcido y moralmente ambiguo, podría considerarse un poco abrupto. Sin embargo, este giro inesperado no resta valor al resto de la narrativa.

En definitiva, “A solas con ella” es una película inquietante que, más que ofrecer un terror visceral, explora las complejidades de la obsesión, la soledad y los límites de la privacidad en la era digital. Es una pieza de suspense psicológico inteligente y bien ejecutada, que dejará al espectador reflexionando mucho después de que la pantalla se haya apagado.

Nota:** 7/10