A todo tren: destino Asturias (2021)

“A todo tren: destino Asturias” es una comedia familiar que, si bien no alcanza la gloria de sus contemporáneas, ofrece una mirada entrañable y, en ocasiones, inesperadamente divertida sobre las complejidades de la convivencia familiar y el poder de la improvisación. La película, dirigida por Paco Fuzy, se mueve con fluidez entre la comedia pastelera y las situaciones que pueden surgir cuando se pone a prueba la paciencia de cualquier progenitor. La puesta en escena es sencilla, casi documental, lo que contribuye a la sensación de realismo que la película intenta generar, y se centra en captar la esencia de un viaje en tren, más que en la espectacularidad visual.

La película se construye a base de diálogos, y aquí es donde realmente brilla la dirección. Los diálogos son inteligentes, a veces torpes, pero siempre genuinos, y permiten que los personajes se revelen con matices. La dinámica entre los padres, interpretados por Javier Godino y un magnífico Luis Bermejo, es fundamental para el desarrollo de la trama. Bermejo, en particular, aporta una vitalidad y un desparpajo que contrastan con la aparente seriedad de Godino, generando momentos cómicos muy efectivos. Sin embargo, a veces el guion recurre a la comedia del tropo y se distancia de un ritmo más natural, dejando algunas escenas un tanto arrastradas. No obstante, la película logra capturar la esencia de la frustración, el cansancio y el cariño que a menudo se esconden tras las caras serias de los padres.

La presencia de Felipe (un papel secundario pero con un gran peso cómico) interpretado por Miguel Ángel Herrán, es un elemento destacable. Su personaje, un abuelo excéntrico y con un espíritu libre, irrumpe en la situación con un carisma innato, ofreciendo toques de humor y una visión refrescante de las relaciones familiares. Herrán transmite la peculiaridad de su personaje con una naturalidad que contagia al espectador. La película, además, explora con cierta sensibilidad la importancia de la conexión intergeneracional, mostrándonos cómo una simple anécdota o un gesto pueden fortalecer los lazos familiares.

En definitiva, “A todo tren: destino Asturias” es una comedia ligera y entretenida, que no pretend a ser una obra maestra del séptimo arte. Su valor reside en su capacidad para evocar situaciones cotidianas y en su mirada optimista sobre la familia. Aunque carece de un punto de giro particularmente impactante y se desvela en algunos momentos, ofrece una experiencia agradable, especialmente para aquellos que aprecien las películas que celebran la importancia de compartir momentos, incluso los más caóticos. La dirección cumple su cometido de guiar la historia, aunque el guion podría haber aprovechado más la química entre los actores y explotado las situaciones de manera más creativa.

Nota: 6.5/10