A Wake in Providence (1999)

“A Wake in Providence” es, en esencia, un experimento audaz y a menudo torpe, una comedia dramática que se atreve a explorar el choque cultural y los secretos familiares a través de una lente profundamente peculiar. Dirigida por Vincent Pagano, la película no busca la brillantez estilizada ni el humor fácil; en cambio, se aferra a una premisa original - la culminación de una relación con una familia italiana tradicional durante un funeral - y la explota al máximo, incluso cuando eso resulta en momentos exasperantes. La película se centra en Anthony (interpretado con naturalidad por Vincent Pagano), un joven que se enfrenta a la inesperada llegada de Alissa (una Victoria Rowell convincente), su novia negra, a la familia de su abuelo, encabezada por el excéntrico y dominador Enzo (con un humor abrasivo interpretado por Adrienne Barbeau). Desde el principio, la película establece un tono de incomodidad, no necesariamente desagradable, sino revelador de las tensiones latentes que surgen cuando la modernidad se encuentra con la tradición italiana.

El guion, aunque a veces torpe, es el corazón palpitante de la película. Se basa en diálogos directos y a menudo conflictivos, que, en su mayoría, logran transmitir la esencia de la frustración y el resentimiento entre los personajes. Pagano evita la necesidad de explicaciones elaboradas; en cambio, permite que la tensión se acumule a través de miradas significativas, pequeños gestos y, sobre todo, conversaciones cargadas de matices. Sin embargo, hay escenas donde el ritmo se ralentiza demasiado, y la trama se diluye en un mar de detalles aparentemente innecesarios. Se podría haber optado por un enfoque más conciso, pero en definitiva, la intención de explorar las raíces culturales y la resistencia al cambio es palpable.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. Rowell ofrece una interpretación sólida como Alissa, quien no es simplemente la víctima de este choque cultural. Demuestra una madurez y una fuerza interior que la convierten en un personaje complejo y digno de simpatía. Barbeau, por su parte, es absolutamente deslumbrante como Enzo, la matriarca italiana que se niega a ceder ni un ápice. Su performance es una mezcla perfecta de acidez, autoridad y una profunda, aunque enterrada, vulnerabilidad. Pagano también cumple con una actuación contenida pero efectiva, equilibrando el papel de Anthony como el observador y el protagonista.

“A Wake in Providence” no es una comedia para todos los gustos. Es, en ocasiones, incómoda, incluso irritante. Pero es una película que, a pesar de sus defectos, posee una frescura y una honestidad sorprendentes. La película desafía las expectativas y explora temas como el racismo, la clase y la tradición con una autenticidad que se aprecia. Si bien no ofrece respuestas fáciles, sí invita a la reflexión sobre las barreras que nos separan y la importancia de comprender las raíces de los demás. Es un pequeño triunfo cinematográfico, una película que se queda en la memoria por su originalidad y su capacidad para provocar.

Nota: 7/10