A Woman's Tale (1991)

“A Woman’s Tale” no es una película que busca la grandilocuencia ni la espectacularidad. Es una experiencia visceral, un viaje silencioso y profundamente humano a través de los últimos días de Sheila Florance, la actriz que, paradójicamente, le otorgó su vida a la creación de este filme. La película, filmada en gran parte en su casa, se convierte en una íntima y honesta exploración de la aceptación, el legado y la belleza de los momentos cotidianos, incluso en la proximidad de la muerte. La película, en su sencillez aparente, resulta ser un poderoso recordatorio de que la vida, incluso cuando se acerca al final, puede ser vivida con plenitud y propósito.

La dirección de Lisa Joy es magistral en su moderación. Evita la sentimentalidad forzada y, en su lugar, confía en el poder de la observación. La cámara a menudo se mantiene discreta, siguiendo a Florance en sus rutinas: preparar el té, leer, conversar con amigos y familiares, o simplemente contemplar el jardín. Este enfoque documental, sin embargo, nunca se siente frío o impersonal. La película te invita a sumergirte en la vida de Florance, a participar en su mundo, a compartir sus pensamientos y emociones. Joy no busca narrar una historia convencional; ofrece, en cambio, una atmósfera de autenticidad que te atrapa desde el primer instante. Su elección de colores, la luz natural y la meticulosa atención al detalle, contribuyen a generar una sensación de intimidad y calma, elementos cruciales para una película que se basa en la fragilidad y la vulnerabilidad.

La actuación de Sheila Florance es, sin duda, el corazón palpitante de la película. No es una interpretación grandilocuente; es una entrega total. Florance ofrece una interpretación desapasionada, casi minimalista, que transmite una profunda serenidad y una increíble fuerza interior. Ella no interpreta un personaje, sino que *es* Florance, revelando cada faceta de su personalidad con una honestidad conmovedora. La química entre Florance y los actores que la acompañan – especialmente, James Cromwell y Laura Linney – es palpable, creando diálogos sencillos pero cargados de significado. Estos personajes no son meros acompañantes; son pilares en el último viaje de Florance, ofreciéndole consuelo, apoyo y amor.

El guion, adaptado a partir de las propias notas y recuerdos de Florance, es notablemente poético y reflexivo. Evita los clichés del género dramático y se centra en la transmisión de ideas sobre el legado, la importancia de las relaciones humanas y la aceptación de la mortalidad. Las conversaciones entre los personajes son sutiles pero profundas, abordando temas como la memoria, la arrepentimiento y la búsqueda de sentido. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas esenciales sobre cómo queremos vivir nuestras vidas y qué queremos dejar atrás. El ritmo, deliberadamente pausado, permite que estos temas se desarrollen de manera natural, sin apresurarse en llegar a conclusiones. “A Woman’s Tale” no pretende ser un hito cinematográfico en términos de narrativa, pero es, sin lugar a dudas, una experiencia humana profundamente resonante.

Nota: 8.5/10