Abigail (2024)

“Abigail” es una película que se erige como un ejercicio de tensión psicológica, aunque su ejecución, a pesar de su potencial, resulta ser ligeramente decepcionante. La premisa, la cual ya he mencionado, es bastante sólida y promete un thriller claustrofóbico y perturbador, y en algunos momentos sí lo logra. La película se centra en un equipo de criminales contratados para vigilar a una niña, Abigail, cuyo valor reside en su linaje familiar, lo que inyecta de inmediato una atmósfera de peligro y manipulación. El director, Patrick Vollmer, demuestra cierta habilidad para generar una sensación constante de incomodidad, jugando con la anticipación y el recurso a la ambigüedad.

La dirección se beneficia de un uso inteligente del espacio y la luz, aprovechando la mansión aislada como un personaje en sí mismo. La cinematografía, en general, es efectiva, aunque a veces tiende a la sobreexposición, lo que resta impacto a algunos de los momentos más intensos. Sin embargo, la película carece de una banda sonora que realmente impulse la tensión. En lugar de utilizar música para aumentar el miedo, prefiere un silencio que puede resultar abrumador y, a veces, artificial. La banda sonora debería haber sido más utilizada para subrayar el terror visceral que se pretende generar.

El núcleo de la película reside en el personaje de Abigail, interpretado por Hannah Dodd, y su actuación es, con justicia, el punto más fuerte de la producción. Dodd consigue transmitir una vulnerabilidad inquietante, al mismo tiempo que sugiere una amenaza latente. Su mirada, a menudo vacía o penetrante, es suficiente para generar inquietud en el espectador. El resto del elenco cumple con su parte, pero sus interpretaciones son, en general, menos memorables y, en algunos casos, un poco exageradas, contribuyendo a un reparto que, en su conjunto, no destaca particularmente.

El guion, sin embargo, es donde la película más consistentemente falla. Si bien la idea inicial es buena, la ejecución de la trama se vuelve predecible y, en ocasiones, forzada. Los eventos comienzan a repetirse y la “verdadera naturaleza” de Abigail, aunque presentada de forma gradual, se revela de una manera que se siente poco convincente. El ritmo es irregular y hay momentos de diálogo innecesarios que alargan la duración sin aportar valor a la historia. Se espera una evolución más orgánica de los acontecimientos, un desarrollo de personajes más profundo y, en última instancia, una resolución más satisfactoria.

No obstante, "Abigail" no es una película de género puro, y se puede apreciar como una exploración del trauma, el poder y la percepción de la realidad. La película no intenta ser un thriller convencional; se alimenta más de la sensación de malestar y la desconexión psicológica. Si bien la película tiene algunos momentos realmente tensos y una actuación destacada por parte de Dodd, la falta de originalidad en su guion y la ejecución a veces plana, la mantienen por debajo de su potencial. No es una mala película, pero tampoco es una excelente.

Nota: 6/10