Abraham Lincoln: Cazador de vampiros (2012)

“Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros” es una película que se atreve a desafiar las expectativas, y lo hace con una ambición que, aunque no siempre logra culminar con éxito, merece ser reconocida. Dirigida por Timur Bekmambetov, la película no intenta ser una recreación fiel de la historia de Abraham Lincoln, sino más bien una reinterpretación fantástica y visceral de su infancia, envuelta en una atmósfera de terror gótico y suspense psicológico.

La película se centra en un Lincoln niño (interpretado con una intensidad palpable por Jameson Williamson), un joven atormentado por la misteriosa muerte de su madre. La narrativa, que se desarrolla principalmente a través de su diario, es la columna vertebral de la película. Bekmambetov logra, en gran medida, transmitir la angustia y la confusión de un niño que se enfrenta a un horror inimaginable, una pérdida que le carcome el alma y lo impulsa a buscar una venganza implacable. La dirección visual, con una paleta de colores oscura y un uso magistral de la luz y la sombra, contribuye a crear un ambiente opresivo y perturbador que te envuelve desde el principio. La película aprovecha al máximo la estética visual del horror gótico, recordando, a su manera, a obras clásicas como “Nosferatu” o “Drácula”, pero con un toque de modernidad que le confiere un atractivo particular.

La actuación de Williamson es, sin duda, el punto fuerte de la película. Su interpretación es honesta, vulnerable y llena de determinación. Logra transmitir la evolución de Lincoln desde un niño inocente y traumatizado hasta un joven consumido por el deseo de venganza. El resto del reparto, incluyendo Bruce Greenwood como el senador Douglas y Mary Elizabeth Mastrosimo ile como la madre, ofrece interpretaciones sólidas, aunque no siempre sobresalientes. Greenwood, en particular, aporta una presencia imponente y un aire de misterio que complementa a la perfección la narrativa. La película, sin embargo, sufre un ligero problema de ritmo en el segundo acto, donde la trama se vuelve un tanto confusa y la exposición recae en exceso. Algunas escenas de acción, si bien visualmente impactantes, se sienten un poco exageradas y poco realistas.

El guion, coescrito por Bekmambetov y Bekzat Altunbay, es complejo y lleno de giros inesperados. Se adentra en temas como la fe, la venganza, la ambición política y la naturaleza del mal. La película no se limita a ser un simple relato de terror; explora las raíces del personaje de Lincoln, ofreciendo una visión más profunda de su personalidad y sus motivaciones. La idea de que Lincoln, el hombre que preservó la Unión, podría haber sido un vengador implacable es fascinante y plantea preguntas interesantes sobre la naturaleza del bien y el mal. Sin embargo, la complejidad del guion a veces se traduce en diálogos poco fluidos y situaciones que resultan forzadas. La conclusión, en particular, podría haber sido más sutil y menos predecible.

Nota: 7/10