Abre los ojos (1997)

‘Abre los ojos’, la ópera prima de Pedro Almodóvar, es una película que, incluso hoy, décadas después de su estreno, sigue generando debate y fascinación. No es una película fácil de digerir, ni precisamente un entretenimiento ligero, pero su ambición y su atmósfera onírica la convierten en una experiencia cinematográfica profundamente memorable. Almodóvar, a tan solo 28 años, nos entrega una exploración visceral de la obsesión, el deseo, la infelicidad y la búsqueda de la identidad.

La película se centra en César, interpretado con una intensidad magnética por Penélope Cruz, una joven actriz todavía en los albores de su carrera. Cruz, aquí, no es solo una belleza convencional; es un volcán de emociones contenidas, una mirada fija que revela la angustia latente bajo la aparente perfección de su personaje. Su actuación es, sin duda, el corazón palpitante de la película. La transformación física de César, fruto de su intento de suicidio, es impactante y simboliza, con una crudeza admirable, la vulnerabilidad y la fragilidad del ser humano.

Almodóvar construye una narrativa fragmentada y surrealista, carente de una cronología lineal tradicional. La película no se preocupa por explicar, sino que se sumerge en la mente de César, recreando una realidad distorsionada donde los sueños y las obsesiones se entrelazan con la realidad. La dirección de fotografía de José Luis Guerin es fundamental para esta atmósfera. Los colores vibrantes, el uso del amarillo intenso y las composiciones cargadas de simbolismo refuerzan la sensación de irrealidad y desasosiego. No es una película visualmente sencilla, pero su estética particular se integra perfectamente en el tono general de la obra.

El guion, adaptado de la novela homónima de Mateo Pastor, es una pieza central, aunque a veces pueda resultar un poco denso. Las conversaciones, a menudo prolongadas y repetitivas, no siempre fluyen con naturalidad, pero son cruciales para desentrañar la psicología de los personajes. La relación entre César y Sofía, interpretada con una elegancia melancólica por Carmen Maura, se convierte en un espejo de la soledad y la búsqueda de conexión emocional. Ambas actrices ofrecen interpretaciones conmovedoras, transmitiendo con maestría la desesperación contenida en sus personajes.

A pesar de algunos momentos de lentitud, ‘Abre los ojos’ es una película innovadora y ambiciosa que rompió con los cánones del cine español de la época. Almodóvar, a través de esta historia sobre la infelicidad y la búsqueda de la identidad, sentó las bases de su estilo característico, marcado por la pasión, la sensualidad y la exploración de la complejidad humana. Más que un melodrama, es un estudio psicológico que obliga al espectador a reflexionar sobre la naturaleza del deseo y la búsqueda de la autenticidad.

Nota: 8.5/10