“Absolutamente todo” no es una película para tomarse en serio, y afortunadamente lo es. Esta extravagante farsa de ciencia ficción, plagada de la peculiaridad inherente a Monty Python, se presenta como un ejercicio de locura controlada y, a pesar de sus evidentes limitaciones, logra entretener y generar algunas risas genuinas. La película, dirigida por Terry Jones, se aleja peligrosamente de la seriedad y se sumerge en un absurdo que, en lugar de debilitar la experiencia, se convierte en su principal atractivo.
Jones, conocido por su trabajo como guionista, despliega una dirección desordenada pero sorprendentemente efectiva. La película carece de un ritmo narrativo tradicional, optando por una sucesión de situaciones cómicas que, aunque a veces se arrastran un poco, mantienen al espectador en un estado constante de asombro y confusión. Hay una desconexión deliberada entre la presentación de las habilidades concedidas y sus consecuencias, lo que contribuye a la atmósfera general de caos. La paleta de colores, ligeramente saturada y con toques vibrantes, amplifica la sensación de surrealismo.
El núcleo de la película reside en las actuaciones, y aquí es donde Monty Python realmente brilla. Los miembros del grupo, veteranos de la comedia, se sumergen de lleno en los papeles, entregando interpretaciones exageradas y memorables. John Cleese, en particular, se destaca como el profesor, un hombre frustrado y brillante que se ve abrumado por sus nuevos poderes. Los diálogos, que son la marca registrada del grupo, son ingeniosos y a menudo desconcertantes. La dinámica entre los personajes, cargada de sarcasmo y competitividad, es un punto fuerte de la película.
Sin embargo, es importante reconocer que el guion no está exento de fallos. Algunas situaciones se sienten forzadas y el humor, si bien entretenido, a veces se basa en la repetición de chistes conocidos. La trama principal es bastante simple, y la exploración de las implicaciones éticas de los poderes otorgados es superficial. La película se contenta con explorar la comedia, dejando de lado una reflexión más profunda. No obstante, la película se permite ser lo que es: una parodia de las películas de ciencia ficción y una celebración del humor británico.
En definitiva, “Absolutamente todo” es un festín para los fans de Monty Python y un buen entretenimiento para aquellos que buscan una experiencia cinematográfica diferente. No es una obra maestra, pero su originalidad y su espíritu despreocupado la convierten en una película que merece la pena ver, sobre todo si se aprecia la comedia peculiar y la improvisación. Se trata de una película que invita a la reflexión sobre los límites del poder, pero sobre todo, sobre la risa.
Nota: 6.5/10