Abuelos al poder (2012)

“Abuelos al poder” es una comedia familiar que, si bien tiene momentos de genuina ternura y situaciones divertidas, termina siendo una experiencia un tanto desigual. La premisa –un matrimonio en la treintena de los años, abrumado por la responsabilidad de tres niños, decide recurrir al abuelo para una breve pero intensa temporada de cuidado infantil– es prometedora y, en principio, tiene potencial para explorar las tensiones intergeneracionales y las dificultades de equilibrar la vida moderna con los valores familiares. Sin embargo, la película se queda en la superficie, evitando profundizar en los conflictos emocionales reales y recurriendo a un humor a veces forzado.

La dirección de la película, aunque competente, carece de un estilo distintivo. Se centra en la acción, mostrando las interacciones entre los Decker y sus nietos, pero no logra capturar la atmósfera emocional que podría haber enriquecido la historia. Los diálogos son, en general, planos y previsibles, aunque algunas escenas cómicas logran evocar risas genuinas, principalmente por la naturalidad de los niños y sus reacciones a la inesperada presencia de un abuelo que no sabe qué hacer. La película, sin embargo, falla al presentar a Artie como un abuelo inadaptado, lo cual, aunque representa una comedia, también convierte su personaje en un poco caricaturesco, casi como una víctima de la propia trama.

Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. John Corbett, como Artie, aporta un toque de encanto al personaje, transmitiendo la torpeza y la buena voluntad del abuelo. Chloe Bennet, quien interpreta a Diane, desempeña un trabajo agradable, mostrando la frustración y el cariño de una madre intentando equilibrar su carrera y la crianza de sus hijos. El elenco infantil es, sin duda, el punto fuerte de la película. Los niños, interpretados por jóvenes talentosos, aportan autenticidad y humor, y sus interacciones con Artie generan las escenas más memorables.

Uno de los mayores problemas de la película reside en su guion. Si bien la premisa es interesante, la ejecución resulta algo desapasionada. Se establecen conflictos (principalmente relacionados con la rutina de los niños y la dificultad de Artie para adaptarse), pero no se exploran con la profundidad que merecen. La película se centra demasiado en las situaciones cómicas superficiales, sacrificando el desarrollo de personajes más complejos. Se intenta transmitir una reflexión sobre la importancia de las relaciones familiares y el aprendizaje intergeneracional, pero estas ideas quedan relegadas a un segundo plano, disminuyendo el impacto emocional de la historia. En definitiva, “Abuelos al poder” ofrece un entretenimiento ligero, pero carece de la sustancia que lo habría convertido en una comedia familiar realmente memorable.

Nota: 6/10