“Abyss” (1989) no es simplemente una película de ciencia ficción; es un ejercicio de suspense psicológico y atmósfera que, a pesar de sus evidentes influencias, se mantiene como un clásico inquietante. La película, dirigida por James Cameron, quien posteriormente dirigiría "Titanic" y "Avatar", demuestra un dominio temprano de técnicas visuales y un entendimiento profundo de cómo generar una tensión incesante en la pantalla. La película se centra en un equipo científico que, contratado para el rescate de un submarino perdido, se enfrenta a una realidad que va más allá de la explicación racional, sumergiéndose en un abismo que parece cobrar vida.
La dirección de Cameron es magistral. La película se construye meticulosamente alrededor de la inmensidad y el silencio del océano, utilizando la oscuridad y las limitaciones de la tecnología para crear una sensación constante de claustrofobia y vulnerabilidad. La inmersión del espectador en la cabina del submarino, junto con la utilización de la cámara en mano, es particularmente efectiva. La banda sonora, compuesta por Jerry Goldsmith, amplifica esta sensación, utilizando sonidos orgánicos y distorsionados que evocan la amenaza inminente que se cierne sobre ellos. Es una banda sonora que se queda grabada en la memoria mucho después de que termina el filme.
Las actuaciones son sólidas y se centran en la construcción de personajes realistas ante un horror que desafía su comprensión. Michael Douglas, como el Dr. Lewis Peverett, ofrece una interpretación particularmente convincente, transmitiendo la creciente desesperación y la desesperada búsqueda de respuestas. Gene Hackman, en el papel del Capitán Harriman, aporta una presencia imponente y un enfoque pragmático que contrasta fuertemente con la creciente paranoia del científico. La química entre Douglas y Hackman es fundamental para el éxito de la película, transmitiendo la tensión y el conflicto entre la ciencia y la fe en la razón.
El guion, aunque presenta algunos elementos predecibles para la época, destaca por su atmósfera y la gradualidad con la que introduce lo inexplicable. La película no se entrega en efectos especiales grandilocuentes, sino que se basa en sugerencias, imágenes impactantes y la construcción de una narrativa que se basa en la sugestión. La idea de la criatura, una entidad ancestral y aparentemente inteligente que reside en las profundidades, es especialmente perturbadora por su ambigüedad. La película no explica su origen ni su motivación, dejando al espectador con la inquietante sensación de que se está enfrentando a algo que está más allá de la comprensión humana. La introducción de los "ecos" que transmiten la criatura, y la forma en que estas señales perturban la percepción de la realidad de los personajes, es un recurso narrativo brillante y escalofriante.
A pesar de que algunos detalles técnicos puedan parecer un tanto rudimentarios para los estándares actuales, “Abyss” sigue siendo una película notable por su capacidad para generar suspense y por su atmósfera opresiva. Es una experiencia cinematográfica que te dejará con una sensación de inquietud persistente, recordándote la inmensidad y el misterio que se esconden en los lugares más profundos de nuestro planeta. Una película que anticipa, de forma inquietante, las grandes obras que Cameron dirigió en el futuro.
Nota: 8/10