Admitido (2006)

“Admitido” es una comedia adolescente que, aunque no alcanza la brillantez de sus predecesoras en el género, ofrece un entretenimiento ligero y, a veces, sorprendentemente agudo. La premisa, la creación de una universidad ficticia para evitar la desaprobación familiar tras el fracaso en los exámenes de ingreso, es clásica, pero la película logra darle un giro fresco, tanto en la ejecución del plan original como en las consecuencias que se derivan de su inesperado éxito.

El director, Marcos Martel, no se preocupa por la grandilocuencia ni por la espectacularidad. Se centra en la atmósfera adolescente, en la incomodidad de la adolescencia y en la tensión entre el deseo de independencia y el miedo a la decepción. La película evita caer en clichés y, aunque el ritmo es a veces un poco desigual, logra mantener el interés del espectador gracias a sus diálogos rápidos y sus situaciones cómicas, muchas veces fruto de la ingenuidad y la irresponsabilidad de los protagonistas. Hay momentos en los que la comedia se vuelve genuina, incluso con toques de crítica social, especialmente en la representación de las aulas, donde se vislumbra una cierta precariedad educativa. La dirección artística es correcta, aunque no destaca particularmente, pero contribuye a la ambientación de la película, transportando al espectador al universo de los estudiantes con problemas.

El reparto es sólido, con un Alex González, quien interpreta a Pablo, el protagonista, ofreciendo una actuación convincente. González transmite la frustración, la rebeldía y la angustia de un joven que se siente incapaz de cumplir con las expectativas de sus padres. El resto del elenco, compuesto por jóvenes talentosos como Ana de Armas (en un breve pero impactante papel) y Pau Durán, cumplen su cometido con naturalidad y carisma. La química entre los actores es palpable, y esto se traduce en una interacción dinámica y divertida en pantalla. Especialmente notarse la actuación de los que interpretan a los profesores, con un contrapunto cómico que equilibra la seriedad de la situación.

Sin embargo, el guion, escrito por Álvaro Diez y Miguel Hervás, es donde la película a veces resiente más su falta de pulido. A pesar de contar con diálogos ingeniosos, existen algunos momentos en los que el desarrollo de la trama se vuelve predecible y algunos personajes parecen carecer de profundidad. El giro argumental, que intenta introducir elementos de suspense, no es del todo satisfactorio y, en general, la película se consume en la comedia más que en el drama. El final, aunque con un toque inesperado, no logra resolver completamente los conflictos planteados y deja una sensación de inconclusión.

En definitiva, “Admitido” es una comedia adolescente entretenida que, aunque no es una obra maestra, ofrece un buen rato de diversión. Si buscas una película ligera y desenfadada para pasar el rato, es una opción válida. No obstante, se queda corta en su ambición narrativa y en la elaboración de sus personajes.

Nota: 6/10