Aeropuerto 77 (1977)

“Aeropuerto 77” (1980) es, sorprendentemente, mucho más que un simple thriller de supervivencia en medio del océano. Dirigida por Robert Zemeckis, la película, a menudo eclipsada por el fenómeno de “E.T. el extraterrestre”, que también le vio la cara, es un estudio brillante sobre el aislamiento, la psicología humana y las dinámicas de poder en situaciones extremas. La premisa, que involucra a un avión gigantesco, el "Dos Tres Sierra", hundido en el infame Triángulo de las Bermudas, es audaz y la película la ejecuta con una precisión y un suspense constante que te mantienen pegado a la pantalla.

La dirección de Zemeckis se distingue por su meticuloso detalle en la recreación de la atmósfera claustrofóbica a bordo del avión. El uso innovador de la animación, revolucionaria para la época, sirve para amplificar la sensación de constricción y la creciente desesperación de los pasajeros. No se trata de una simple técnica visual; el movimiento de las paredes, la aparición de formas extrañas y la deformación del avión reflejan el deterioro mental de los personajes y la creciente certeza de que algo terriblemente desconocido está sucediendo. La película, con su ambición visual, anticipa a las técnicas de “Matrix” y a otras obras posteriores que exploran la percepción y la realidad.

El reparto es, sencillamente, impecable. Walter Matthau, como el excéntrico Philip Stevens, aporta una dosis de humor negro y sarcasmo que contrasta magistralmente con la creciente amenaza. Gene Hackman, interpretando al detective Eddie Sieminski, ofrece una actuación robusta y convincente, mostrando la determinación y la resiliencia de un hombre que debe hacer frente a la locura y a la muerte. Pero es Kelly McGillis, en el papel de Karen Sigel, quien se erige como el verdadero corazón de la película. Su personaje, una reportera en busca de una exclusiva, personifica la vulnerabilidad humana y la lucha por mantener la cordura en medio del caos. Las interacciones entre McGillis y Matthau, en particular, son memorables, construyendo una tensión palpable y una conexión inesperada.

El guion, aunque a veces se aventura en terrenos un tanto exagerados, es lo suficientemente sólido como para sostener la trama. La película no se centra únicamente en el misterio del Triángulo de las Bermudas; más bien, explora las consecuencias psicológicas del aislamiento, la paranoia y la pérdida de control. La película plantea preguntas profundas sobre la naturaleza de la verdad, la credibilidad y la capacidad de las personas para mantener la esperanza, incluso cuando todo parece perdido. Aunque algunos detalles argumentales podrían haberse aclarado mejor, la película mantiene una fascinación cautivadora hasta el final. El ritmo, a pesar de la lentitud característica de algunas películas de este estilo, se siente natural gracias a la tensión dramática inherente a la premisa.

En definitiva, "Aeropuerto 77" es una obra maestra del cine de suspense con una fuerte carga simbólica. Más que un simple thriller, es un examen profundo de la psique humana. La dirección innovadora, las actuaciones memorables y el guion inteligente la convierten en una película que resiste el paso del tiempo. Nota: 8/10