After: Amor infinito (2022)

“After: Amor infinito” no es, sin duda, una obra maestra cinematográfica, ni siquiera una película particularmente original. Sin embargo, es una entrega que, de alguna manera, cumple con las expectativas de los fans de la saga “After” y, en cierto modo, profundiza – aunque superficialmente – en los matices de la relación tormentosa entre Tessa Young y Hardin Scott. La película nos presenta una Tessa madura, ya no la inocente estudiante que conocimos en las entregas anteriores. Esta evolución, interpretada con solidez por Josephine Jiosa, es, de hecho, uno de los puntos fuertes de la película. Jiosa logra transmitir la vulnerabilidad, la frustración y la confusión que siente nuestra protagonista, haciéndola más relatable y comprensible. Su arco argumental, aunque predecible, está bien construido y ofrece momentos genuinos de tensión y emoción.

La interpretación de Hero Fiennes-Tiffin como Hardin Scott continúa siendo un punto de debate. Si bien el actor ha demostrado un progreso notable en su faceta de actor, el personaje sigue siendo, en gran medida, un arquetipo del chico malo romántico. El guion, como es habitual en la saga, se basa en un lenguaje florido y diálogos pomposos que, a veces, resultan exagerados. La trama se centra en la lucha interna de Hardin por superar su pasado y su adicción, y en la decisión de Tessa sobre si permanecer o no con él. El desarrollo de estos temas, sin embargo, es bastante limitado. Las escenas de drama, aunque visualmente atractivas, a menudo carecen de profundidad y se sienten más como momentos de melodrama que como exploraciones sinceras de las complejidades del amor y la dependencia.

La dirección, a cargo de Roger Avary, mantiene un estilo visualmente atractivo, con encuadres y planos que evocan la atmósfera de las novelas de Anna Todd. El uso de la música, que es un componente fundamental de la saga, sigue siendo efectivo para intensificar las emociones y crear una atmósfera de ensueño y desesperación. No obstante, la película, en general, se siente un poco estirada. Las escenas largas y lentas, si bien buscan crear un ambiente íntimo, a veces se convierten en un obstáculo para el ritmo narrativo. La película no ofrece, de manera significativa, nuevas perspectivas sobre las dinámicas de la relación, y se siente como una mera repetición de los elementos que ya hemos visto en las entregas anteriores. La dependencia de Hardin en la narración a través de su adicción se explora de manera superficial, y su evolución, si es que tiene alguna, no se siente realmente convincente.

En resumen, “After: Amor infinito” es una película para los fans de la saga, una entrega que ofrece una dosis más madura y compleja de la historia de Tessa y Hardin. Sin embargo, para aquellos que no estén familiarizados con la saga, puede resultar repetitiva y carente de originalidad. La película se limita a reforzar las premisas básicas de la historia sin añadir demasiados elementos nuevos o sorprendentes. Es un entretenimiento ligero, pero no una obra que deje una huella duradera en la memoria del espectador.

Nota: 6/10