After Death (2023)

“After Death”, la película que ha causado sensación en las últimas semanas, no es un documental tradicional que simplemente recopila testimonios. Es una experiencia cinematográfica que, al igual que sus premisas, intenta trascender los límites de la realidad y abordar preguntas fundamentales sobre la vida, la muerte y lo que podría venir después. La película, basada en relatos de personas que han estado cerca de la muerte y elaborados por autores reconocidos y expertos, se atreve a navegar por terreno complicado, y lo hace con una ambición que, a pesar de sus fallas, resulta admirable.

La dirección de Liam Davies es particularmente notable. No se trata de una puesta en escena grandilocuente, sino de un enfoque intimista que busca generar una atmósfera de suspense y melancolía. Davies utiliza el formato de entrevistas, intercaladas con recreaciones visuales y momentos de archivo, para construir una narrativa que avanza a ritmos pausados, otorgando tiempo a las reflexiones de los testimonios y permitiendo que la audiencia se sumerja en las experiencias de aquellos que han contemplado el más allá. La música, sutil y evocadora, complementa perfectamente la atmósfera opresiva pero también esperanzadora que la película intenta transmitir. Sin embargo, a veces esta lentitud se convierte en un punto débil, ralentizando el ritmo y, en algunos momentos, resultando un poco tediosa. La edición podría haber sido más ágil para mantener un interés constante.

Las actuaciones, fundamentalmente basadas en los testimonios, son el corazón de la película. No se trata de actores con roles definidos, sino de personas reales que comparten sus experiencias con una honestidad brutal y conmovedora. Sus relatos, que abarcan desde visiones de lugares familiares hasta encuentros con seres queridos fallecidos, son inquietantes, a veces perturbadores, pero siempre profundamente humanos. La película no intenta ofrecer respuestas fáciles ni pretende ser una guía espiritual. Más bien, ofrece un reflejo de la diversidad de experiencias que pueden ocurrir en ese tránsito, subrayando la subjetividad del más allá y la interpretación personal de cada individuo. La presencia de figuras como el Dr. Gary Schwartz, un reconocido científico que investiga la conciencia, añade credibilidad al relato, aunque su inclusión a veces se siente un tanto forzada.

El guion, aunque basado en experiencias reales, se siente a veces demasiado estructurado y predecible. La forma en que se organizan los testimonios y las recreaciones visuales, aunque efectiva para guiar al espectador, carece de originalidad. Se podría haber profundizado más en las implicaciones filosóficas y psicológicas de estas experiencias, explorando las posibles interpretaciones desde diferentes perspectivas. La película toca temas complejos como la pérdida, el duelo, la fe y la ciencia, pero a menudo superficialmente, sin llegar a ofrecer una reflexión verdaderamente innovadora. La intención de desafiar nuestras creencias es evidente, pero la ejecución no siempre alcanza la profundidad que se propone.

A pesar de sus limitaciones, “After Death” es una película que invita a la reflexión. Es una experiencia que, si bien no responde a todas las preguntas que plantea, obliga al espectador a cuestionar sus propias creencias y a considerar la posibilidad de que la muerte sea solo el comienzo de un viaje desconocido.

Nota: 6/10