Agárralo como puedas (1988)

“Agárralo como puedas” (Take the Money and Run) es un homenaje pulido y divertido al cine de la comedia de acción de los 70, pero que, a la vez, demuestra un control sorprendente de su propio género. Paul Verhoeven y Carl Reiner, quienes combinan la dirección con el guion, no se limitan a imitar a los clásicos de Zucker y Delarge, sino que subestiman la esencia de ese tipo de comedia policial, revelando su absurdo y su lógica interna con una ironía exquisita.

La película se centra en el teniente Frank Drebin, interpretado con su habitual torpeza, encanto y desconfianza por Eddie Murphy. Murphy es, sin duda, el corazón de la película. Su interpretación es magistral, equilibrando la ineptitud a la que nos ha acostumbrado con momentos de ingenio y vulnerabilidad que lo humanizan. La comedia surge no solo de su comportamiento absurdo, sino también de su constante frustración por su propia incapacidad para resolver el caso. La comedia física está presente, por supuesto, pero está cuidadosamente integrada en la narrativa y no se convierte en el foco principal.

La dirección de Verhoeven es precisa y efectiva. La película se mueve a un ritmo constante, alternando secuencias de acción exageradas con momentos de humor sutil. Los diálogos son rápidos, ingeniosos y llenos de referencias a películas clásicas del género. La banda sonora, también, contribuye a la atmósfera de irrealidad y diversión. Hay una constante sensación de que todo está ocurriendo en un sueño, y eso es intencional.

Sin embargo, “Agárralo como puedas” no es solo una parodia de la comedia de acción. También tiene una buena dosis de crítica social. La película satiriza la corrupción, la ambición desmedida y la superficialidad de la élite. La alcaldesa, interpretada por Peggy Ann Clifford, es un ejemplo perfecto de esta crítica, una mujer que utiliza su poder para proteger sus propios intereses. El personaje de Vincent Ludwig, aunque inicialmente presentado como un villano caricaturesco, revela gradualmente una complejidad sorprendente.

El guion, co-escrito por Verhoeven y Reiner, es uno de los mayores aciertos de la película. La trama es ingeniosa y llena de giros inesperados. La película construye una red de sospechosos y pistas, pero nunca se apresura a revelar la verdad. El final, con su revelación completamente improbable, es un ejemplo perfecto de la habilidad de los guionistas para subvertir las expectativas del espectador. Es una película que no se toma en serio a sí misma, y eso es lo que la hace tan atractiva. “Agárralo como puedas” es, en definitiva, un pequeño milagro del cine, una comedia inteligente y divertida que, a pesar de su aparente simplicidad, logra ser sorprendentemente original.

Nota: 8.5/10