Ahora los padres son ellos (2010)

“Ahora los padres son ellos” (Meet the Fockers) es una película que, a sus ya más de dos décadas de estrenada, se mantiene sorprendentemente fresca y divertida, no solo por su premisa hilarante, sino también por la forma en que explora las complejidades de las relaciones familiares y, en particular, las dinámicas entre padres e hijos. Tommy Lee Jones y Robert De Niro, dos pesos pesados de la comedia, ofrecen interpretaciones magistrales que son el corazón palpitante de la trama. Jones, como el estricto y reticente Jack Fockers, está en su mejor momento, demostrando una versatilidad que a veces se le pasa por alto. Su Jack es un personaje construido sobre la tradición y el control, cuya fachada de severidad esconde una profunda preocupación por su familia. La tensión entre él y Greg, interpretado por Ben Stiller, es palpable y la química entre ambos actores es genuina, generando momentos de humor y drama que se anclan profundamente en el espectador.

De Niro, por su parte, aporta una ternura inesperada al personaje de Herman Fockers, el padre de Jack. La película hace un excelente trabajo al mostrar las capas de complejidad que hay detrás de su aparente indiferencia. Sus momentos de afecto, a menudo sutiles y disfrazados, revelan un hombre que valora a su familia, aunque se niegue a demostrarlo abiertamente. La dirección de Chris Columbus es cuidadosa y precisa. Observamos cómo se construye la tensión entre las familias, utilizando los diálogos y las situaciones cotidianas para destacar las diferencias de generación y los obstáculos para la comunicación. La película no rehúye de las situaciones incómodas y a veces absurdas, pero lo hace con un humor inteligente y sofisticado que evita caer en la caricatura. Se presta especial atención a los detalles, desde la decoración de la casa de los Fockers hasta los pequeños gestos que revelan la personalidad de cada personaje.

El guion, coescrito por Jay Sherman y David Benioff, es particularmente brillante en cómo maneja el tema del amor y la aceptación. La película no solo critica la rigidez de las convenciones familiares, sino que también explora la importancia de perdonar y comprender las diferencias entre generaciones. El humor se integra a la perfección en la narrativa, evitando los gags fáciles y centrándose en situaciones reales y relatable. La película subraya la necesidad de dejar atrás los prejuicios y abrazar las complejidades de las relaciones familiares. La idea de que los "padres" también tienen sus propios problemas y luchas personales añade una capa de humanidad a la dinámica familiar, haciendo que la película sea más atractiva y conmovedora.

En definitiva, “Ahora los padres son ellos” es una comedia familiar inteligente, divertida y emocionalmente resonante. No es solo una película sobre padres e hijos; es sobre el amor, la familia y la búsqueda de la comprensión en un mundo donde las convenciones sociales a menudo nos impiden ver la verdad. Es una película que te hará reír, reflexionar y, quizás, mirar a tus propios padres con una nueva perspectiva.

Nota: 8/10