Ahora y siempre (2012)

“Ahora y siempre” es un melodrama introspectivo y, a su vez, sorprendentemente directo, que aterriza en la pantalla con la honestidad brutal que requiere un relato sobre la mortalidad. La película de Marc Turtletaub no busca la grandilocuencia ni el sentimentalismo fácil; en cambio, se entrega a una exploración cruda y, en ocasiones, incómoda de la búsqueda de significado en la proximidad del final. El personaje de Tessa, interpretado con una quietud y una fortaleza notables por parte de Riley Keough, no es una heroína en el sentido tradicional. Es una joven que, con una lucidez inquietante, se enfrenta a la inminencia de su propia muerte con una actitud pragmática y, a veces, casi distante.

La dirección de Turtletaub es sutil pero eficaz. Evita caer en clichés visuales y se centra en la transmisión de las emociones internas de Tessa a través de la cámara y el montaje. Las escenas en la playa, donde Tessa experimenta la libertad y el deseo, son particularmente impactantes por su sencillez y su capacidad para capturar la esencia de un instante. No hay necesidad de disfraces grandiosos ni de gestos teatrales; la fuerza del relato reside en la representación de la vulnerabilidad y la búsqueda de la plenitud en las circunstancias más extremas. La película juega con la dualidad del tiempo, alternando entre el presente, donde Tessa lucha por vivir plenamente, y flashbacks que revelan los eventos que han llevado a su situación actual. Estos flashbacks no son meros adornos narrativos, sino que sirven para contextualizar la personalidad de Tessa y las relaciones que ha cultivado a lo largo de su vida.

El guion, coescrito por Turtletaub y Scott Neustad, se mantiene fiel al espíritu de la historia, evitando el melodrama excesivo y centrándose en la autenticidad de las interacciones entre Tessa y los personajes que cruzan su camino. La relación con Alex (Sam Cooke), que se desarrolla con naturalidad y sin artificios, es uno de los puntos fuertes de la película. No se trata de un romance idealizado, sino de una conexión genuina basada en el respeto mutuo y la comprensión. La exploración del deseo sexual de Tessa, aunque controvertida para algunos, se presenta con una sensibilidad que evita la cosificación y se centra en la búsqueda de una experiencia significativa. Sin embargo, el ritmo pausado podría resultar tedioso para algunos espectadores, y la falta de profundidad en algunos de los personajes secundarios resta impacto a la historia.

Riley Keough ofrece una actuación magistral, transmitiendo la complejidad emocional de Tessa con una sutileza admirable. Su mirada, a menudo desgarbada, revela la lucha interna de una joven que, a pesar de su actitud estoica, anhela profundamente la conexión humana. Sam Cooke complementa la actuación de Keough con una interpretación sólida y conmovente. “Ahora y siempre” no es una película fácil de ver, pero sí es una experiencia cinematográfica valiosa que invita a la reflexión sobre el valor de la vida y la importancia de perseguir nuestros deseos, incluso en los momentos más difíciles.

Nota: 7/10