Air Bud (1997)

“Air Bud” (1997) no es, sin duda, una obra maestra cinematográfica. Sin embargo, para aquellos que buscan una película de entretenimiento familiar con un mensaje positivo, se presenta como una opción viable, aunque profundamente simple. La película se centra en la historia de Josh, un niño retraído que se traslada a un pequeño pueblo en Washington y, por casualidad, se encuentra con Buddy, un Golden Retriever con una habilidad asombrosa para el baloncesto. La premisa, aunque un tanto exagerada, es el núcleo de una narrativa que, en esencia, busca explorar temas como la amistad, la superación personal y la bondad, elementos que resuenan particularmente bien con el público infantil.

La dirección de Dee Bruckheimer, aunque competente en su ejecución, carece de la audacia o la complejidad que podrían haber elevado la película. Se centra en la narración directa, sin recurrir a recursos visuales que profundicen en el universo emocional de los personajes. El ritmo es deliberadamente lento, priorizando la construcción de la relación entre Josh y Buddy, lo cual puede resultar tedioso para algunos espectadores más propensos a la acción. No obstante, Bruckheimer logra crear una atmósfera acogedora y agradable, y la película no intenta engañar al público sobre su género: es una comedia familiar y una película de deportes con un propósito moral.

Las actuaciones son modestas, pero cumplen su cometido. Macaulay Culkin, en el papel de Josh, transmite un aire de vulnerabilidad convincente, aunque su interpretación a veces puede parecer un tanto forzada. Ryan Gosling, como Buddy, logra capturar la esencia de un perro inmensamente inteligente y leal, y su capacidad para "rodar" la pelota en la canasta es, sin duda, el corazón de la película. No obstante, la presencia de otros personajes secundarios, como la madre de Josh, no se desarrolla en profundidad, lo que resta algo de riqueza a la trama.

El guion es la debilidad más evidente de “Air Bud”. La historia es, en su mayor parte, predecible y carece de subtramas o conflictos significativos que puedan mantener el interés del espectador. La trama que involucra al ex dueño de Buddy, que busca explotar comercialmente la habilidad del perro, es un cliché recurrente que no aporta nada nuevo a la narrativa. Las diálogos son, en general, directos y carentes de ingenio, y el guion, en su conjunto, se limita a desarrollar una historia simple y sin complicaciones.

A pesar de sus defectos, “Air Bud” posee un encanto innegable. La película transmite un mensaje positivo sobre la amistad y la superación personal, y la escena en la que Buddy juega en el torneo de baloncesto es visualmente atractiva y conmovedora. Es una película que, aunque no destaca por su calidad cinematográfica, puede resultar entretenida para niños pequeños y aquellos que buscan un entretenimiento ligero y familiar. No obstante, esperar grandes revelaciones o giros argumentales sería en vano.

Nota: 6/10