Çakallarla Dans 4 (2016)

“Çakallarla Dans 4” se presenta como un retorno a las raíces de la comedia turca de acción, y en gran medida, lo logra con éxito. Después de una pausa considerable, la saga “Los Charros” regresa con la promesa de revivir la energía frenética y el humor descarado que la caracterizaba. La película, dirigida por eminem Timur Karadar, no pretende ser una obra maestra cinematográfica, sino un disfrutable entretenimiento para el público que busca una escapada visual y emocional con una pizca de violencia, pero la cual está teñida de una fina capa de humor absurdo.

La trama, aunque predecible, sirve como un vehículo para las brillantes interpretaciones del reparto principal. Şevket Çoruh, como siempre, ofrece una química innegable con sus compañeros, manteniendo al público enganchado a sus desventuras. Iliker Ayrık, Timur Acar y Murat Akkoyunlu complementan su actuación con entregas sólidas y contribuyen a la atmósfera general de caos controlado que impregna la película. No obstante, es imposible no notar cierta carencia de profundidad en los personajes; se presentan como arquetipos de la comedia de acción, más que como individuos con motivaciones complejas. Sin embargo, esto no disminuye el disfrute, ya que la fuerza del reparto y su química es innegable.

El guion, aunque no particularmente original, es notable por su ritmo ágil y sus momentos de genuino humor. La película se caracteriza por secuencias de acción exageradas, con tiroteos que se ven dignas de un videojuego, y situaciones cómicas que resultan sorprendentemente efectivas. La dirección de Timur Karadar es competente, sabiendo equilibrar la acción con el humor, y creando un ambiente visualmente atractivo, con escenarios que varían desde los exuberantes paisajes turcos hasta la sombría ambientación de la mansión del padrino alemán. La banda sonora, con canciones turcas nostálgicas, también contribuye a la atmósfera general. Sin embargo, el guion carece de sutileza y a veces recurre a clichés del género.

Un punto a destacar es el contraste entre las situaciones cotidianas de los personajes y la violencia que enfrentan. El chocar lo mundano con la amenaza de un padrino alemán crea un humor muy particular, muy propio de la saga. La película, a pesar de su duración considerable, consigue mantener el interés del espectador gracias a su ritmo vertiginoso y sus constantes cambios de tono. La película es un ejercicio de "explosión de humor y adrenalina" en el sentido más literal. No obstante, es importante recordar que estamos ante una comedia de acción de entretenimiento, no una obra de arte.

Nota: 7/10