Al bar dello sport (1983)

“Al bar dello sport”, la comedia de Paulo Sorrentino, no es un tour de force cinematográfico, pero sí una inmersión deliciosa en la atmósfera peculiar de un bar deportivo en Turín. La película, en su esencia, se centra en Lino, un hombre común con una vida corriente, que, de repente, se ve catapultado a la riqueza y a una vida de excesos. Sorrentino, sin embargo, no se limita a contar una historia de éxito repentino y decadencia; lo que ofrece es una observación aguda y a menudo humorística de las relaciones humanas, el hedonismo y la búsqueda de sentido en un mundo donde la suerte puede cambiarte la vida de un día para otro.

La dirección de Sorrentino es magistral en su capacidad para crear una estética visual que captura la vitalidad y el caos de la ciudad. El bar dello sport se convierte en un personaje más, un microcosmos de la sociedad italiana, con sus conversaciones animadas, sus apuestas, sus risas y sus melancolías. La película se beneficia enormemente de la fotografía de Markus Waas, que dota a cada escena de una paleta de colores vibrantes y una iluminación que alterna entre la luz natural y los reflejos artificiales, realzando la tensión y la diversión de la narrativa.

Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. El protagonista, interpretado por Valerio Mastrandrea, logra transmitir la desesperación y la ingenuidad de Lino, su búsqueda de algo que llenar el vacío en su vida. El personaje de Parola, interpretado por Toni Servillo, es un alivio cómico constante y aporta al personaje de Lino una mezcla de sabiduría y cinismo bien equilibrada. Servillo, como es habitual, da una interpretación que supera las expectativas, dejando claro que es uno de los actores más talentosos de Italia.

El guion, a pesar de su temática aparentemente sencilla, presenta momentos de brillante humor negro y diálogos memorables. Sorrentino se atreve a explorar temas como la amistad, el amor, la ambición y la pérdida, presentándolos con una naturalidad que hace que las situaciones sean tanto cómicas como conmovedoras. Sin embargo, es importante señalar que la película a veces se apoya en el absurdo de una manera que puede resultar un poco gratuita. Algunas de las escenas más extravagantes podrían haberse beneficiado de una mayor sutileza.

En definitiva, “Al bar dello sport” es una comedia agradable y estimulante, que ofrece una visión refrescante y a veces irreverente de la sociedad italiana. No es una obra maestra, pero sí un entretenimiento sólido y una película que invita a la reflexión sobre la búsqueda de la felicidad y el significado de la vida. Sorrentino demuestra, una vez más, su habilidad para crear una atmósfera visualmente atractiva y para contar historias que te hacen sonreír y pensar al mismo tiempo.

Nota: 7.5/10