Al filo de la sospecha (1985)

“Al filo de la sospecha” (The Woman in the Window) es una película que se aferra a un preámbulo de tensión psicológica hasta el final, aunque con algunas reservas. Dirigida por Daniel Finkelstein, la película no ofrece la explosión de suspense que algunos podrían esperar, sino que opta por un ritmo pausado, casi metódico, que, en esencia, funciona a su manera, aunque no siempre para el disfrute del espectador. La atmósfera que se construye, gracias a la fotografía de Sander Mintz, es palpable y contribuye considerablemente a la sensación de incomodidad que impregna la trama. La casa de la playa, el viento, la lluvia, los rincones oscuros y la iluminación natural son elementos clave para generar un ambiente opresivo, que acompaña a la perfección la creciente paranoia de la protagonista.

Glenn Close ofrece una actuación absolutamente magistral como Anna Scott, la abogada que se ve arrastrada a un caso que la consume. Su interpretación es sutil, compleja y llena de matices. Capture a la perfección la fragilidad emocional de una mujer que, tras una tragedia personal, se ve confrontada con la posibilidad de un crimen. La química entre Close y Jeff Bridges es excelente, aunque el desarrollo de sus relaciones sentimentales se siente a veces apresurado. Bridges, como el director de periódico, aporta una elegancia y un carisma que contrastan con la desesperación de la abogada, creando un interesante tira y afloja. Sin embargo, la película podría haber explorado más profundamente las motivaciones de su personaje y sus secretos. A veces, el carácter de Robert Usher, el marido de Anna, se siente un tanto plano, relegado a ser un simple sospechoso.

El guion, adaptado de la novela de Audrey Niffenegger, presenta algunos problemas de ritmo y desarrollo. La estructura de la trama, con flashbacks y alucinaciones, puede resultar confusa y, en ocasiones, diluye el impacto de los momentos clave. La película se basa mucho en la manipulación de la percepción del espectador, pero a veces, este recurso se vuelve insistente y, por tanto, poco efectivo. El planteamiento del thriller psicológico se inclina a menudo hacia la melodramática, y aunque la actuación de Glenn Close es soberbia, el desarrollo de la trama necesita más solidez. La investigación llevada a cabo por la abogada se siente a veces forzada y carente de rigor, lo que debilita la credibilidad de los acontecimientos.

No obstante, “Al filo de la sospecha” posee un gran mérito: la creación de una atmósfera inquietante y la fuerza de la interpretación de Glenn Close. Es una película que te mantiene en vilo, te obliga a cuestionar lo que ves y te recuerda que, en los casos de amor y engaño, las verdades son a menudo las más complejas. A pesar de sus fallos, es un thriller psicológico que vale la pena ver, especialmente para los amantes de las historias con un giro argumental y una protagonista femenina fuerte.

Nota: 7/10