“Al sur de Granada” no es una película que te impacta con grandilocuencias o efectos especiales. Es, en cambio, una pequeña joya cinematográfica, una oda a la belleza sutil y a la quietud de la Alpujarra granadina, y a la transformación personal que puede provocar el encuentro con lo desconocido. Dirigida por Miguel Ángel Simón, la película se presenta como un relato íntimo sobre la búsqueda de la identidad, el amor y la redescubrimiento del alma, y es, en mi opinión, una de las mejores películas españolas de los últimos años.
La dirección de Simón es magistral en su apuesta por un realismo poético. Evita los clichés del romance costumbrista, mostrando la vida cotidiana de Yegen con una mirada honesta y respetuosa. La fotografía de Daniel Tallada es excepcional: captura la luz dorada de la Alpujarra, la belleza agreste de sus paisajes y la atmósfera mágica de sus noches. La cinematografía no solo es estética, sino que también sirve para transmitir el estado de ánimo de Gerald, un hombre que, tras una experiencia traumática, busca refugio en la soledad y la inmersión en la literatura. La banda sonora, cuidadosamente elaborada, complementa a la perfección las imágenes y las emociones de la película, creando una atmósfera de ensueño y melancolía.
Las actuaciones son impecables. James Norton ofrece una interpretación convincente como Gerald Brenan, un joven intelectual atormentado que, poco a poco, se conecta con la realidad de Yegen y con la belleza de Juliana. La joven española, María Castillo, es igualmente brillante en su papel como la adolescente andaluza, que irradia vitalidad, sensualidad y una profunda sabiduría para su edad. La química entre ambos actores es palpable, transmitiendo una conexión genuina y el lento despertar de sentimientos. Los secundarios, también muy bien interpretados, enriquecen el universo de la película sin restar protagonismo a la historia principal.
El guion, adaptado de la novela homónima de James Bromwell, es el corazón de la película. No se centra en un romance grandioso y dramático, sino en la evolución sutil de Gerald, quien a través de sus conversaciones con Juliana, con los vecinos del pueblo, y con la inmersión en la literatura española, despeja sus ideas preconcebidas y descubre un nuevo modo de ver la vida. La película explora temas como la búsqueda de la identidad, la fascinación por la cultura española, la importancia del arte y la literatura como herramientas de transformación personal, y la necesidad de romper con los patrones impuestas por la sociedad. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que invita al espectador a reflexionar sobre los propios valores y la propia percepción del mundo.
En definitiva, “Al sur de Granada” es una película con un encanto singular, que se disfruta a un ritmo pausado y que recompensa la paciencia del espectador. Es una película que te invita a dejarte seducir por la belleza de un lugar, por la intensidad de sus personajes y por la magia de un encuentro inesperado. Una película que, sin duda, merece la pena ver y que, como un buen libro, te acompañará en la memoria.
Nota: 8.5/10