Alatriste (2006)

‘Alatriste’, la adaptación cinematográfica de la saga homónima de Arturo Pérez-Reverte, es una película que, más allá de la recreación histórica impecable y los espectaculares duelos, logra sumergir al espectador en la atmósfera palpable de la España Imperial. La dirección de Roger Birss, sencilla pero eficaz, opta por un realismo visual que evita los excesos grandilocuencia, mostrando una España de principios del siglo XVII con su crudeza, sus miserias y su intrincada política. No se busca una belleza idealizada, sino una representación honesta de un periodo convulso donde el honor, el deber y la supervivencia se entrelazan en una danza mortal. La película no intenta ser una epopeya, sino una historia personal, un drama de caballería con un toque de cínico fatalismo.

La actuación de Miguel Herrán como Diego Alatriste es, sin duda, uno de los pilares de la película. Herrán logra transmitir esa mezcla de profesionalismo, rebeldía y desilusión que caracteriza a su personaje. Alatriste no es un héroe inmaculado, sino un hombre marcado por la vida y por la pérdida. Su mirada, sus gestos, sus silencios… todo comunica una profunda amargura que justifica sus acciones y que le hace profundamente humano, a pesar de su ambigüedad moral. La química entre Herrán y Javier Gutiérrez, quien interpreta a Gualterio Malatesta, es otro punto fuerte. La relación entre ambos mercenarios, un pacto de conveniencia basado en la astucia y la desconfianza, es el corazón palpitante de la trama. Gutiérrez ofrece una interpretación brillante, aportando un aire de intelectual arrogante que contrasta perfectamente con la pragmática y brutalidad de Alatriste.

El guion, adaptado de la novela de Pérez-Reverte, se adhiere fielmente al espíritu original, aunque con algunas modificaciones que, en general, acentúan la complejidad psicológica de los personajes y el dilema moral que enfrentan. La trama, centrada en la venganza y la protección de un niño, se desarrolla con un ritmo pausado pero constante, permitiendo al espectador sumergirse en los detalles de la época y las motivaciones de los personajes. La película no rehuye mostrar la brutalidad de la guerra y las consecuencias de la violencia, pero tampoco se limita a la acción, dedicando tiempo a explorar las relaciones interpersonales y el impacto de la pérdida en los personajes. El tratamiento del tema de la lealtad, el honor y la traición, elementos recurrentes en la obra de Pérez-Reverte, se presenta de forma sutil y creíble, invitando a la reflexión. La ambientación es exquisita, con un trabajo de producción y diseño de vestuario y armamento que transporta al espectador a la España de Felipe III, creando una atmósfera auténtica y convincente.

En definitiva, ‘Alatriste’ es una película sólida y entretenida, que, más allá de ser un simple relato de aventuras, ofrece una visión realista y compleja de la España Imperial, a través de la historia de un hombre que lucha por encontrar su lugar en un mundo implacable. Es una película que merece la pena ver, no solo por su valor cinematográfico, sino también por su capacidad para hacernos reflexionar sobre la naturaleza humana y los límites del honor.

Nota: 8/10