Alerta máxima 2 (1995)

“Alerta Máxima 2” no es solo una secuela, sino un ejercicio interesante en la reinvención de una franquicia que, en su primera entrega, fue un refrescante subgénero de acción puro y duro. La secuela, aunque no alcanza la frescura inicial, demuestra una evolución en la dirección y una apuesta por elementos que, si bien no siempre funcionan a la perfección, le otorgan una identidad más definida. Se aleja de la simple explosión de violencia y busca un mayor desarrollo del personaje de Travis Dane, interpretado por Chris Evans, quien aporta una presencia física y un carisma que, honestamente, eran carentes en la primera película.

La dirección de Jon Watts, quien anteriormente había trabajado en las comedias de Marvel, introduce un tono más serio y claustrofóbico en la trama. La película aprovecha al máximo el espacio limitado del tren para generar tensión y suspense. Las escenas de persecución son dinámicas y bien coreografiadas, pero a veces se apoyan demasiado en efectos visuales que, aunque decentes, no logran la intensidad que se podría haber buscado. Hay momentos de brillantez en la ejecución, como la secuencia donde Travis debe desactivar el sistema de seguridad del tren utilizando únicamente su conocimiento tecnológico, que demuestra una vuelta de tuerca en la propuesta y una buena dosis de ingenio.

La actuación de Chris Evans, sin embargo, es la verdadera joya de la película. Evita la máscara heroica y le da a Travis Dane un aire de melancolía y desesperación, mostrando el peso de sus acciones y las motivaciones que lo impulsan. Jamie Dornan, como el agente del FBI Casey Ryback, aporta una solidez y un toque de ironía al personaje, complementando a la perfección la actitud rebelde de Travis. La química entre ambos actores es palpable y contribuye a elevar el nivel de la narrativa. Aunque el reparto secundario, con rostros conocidos como Danny Huston, no destaca particularmente, cumplen su función sin generar problemas.

El guion, en general, es sólido. La trama, aunque predecible en algunos momentos, mantiene un ritmo constante y ofrece algunos giros inesperados que, si bien no revolucionan el género, sorprenden lo suficiente como para mantener la atención del espectador. Sin embargo, la película se deja llevar por la sobrecarga de información y, en ocasiones, se pierde en subtramas que no aportan nada significativo a la historia principal. La justificación de la motivación de Travis, aunque intentada, no logra alcanzar la profundidad que podría haberle dado mayor impacto. La exploración del tema de la tecnología descontrolada, si bien presente, es superficial y no se profundiza en las implicaciones éticas que conlleva la manipulación de sistemas críticos.

En definitiva, “Alerta Máxima 2” es una secuela decente que, aunque no alcanza la originalidad de su predecesora, ofrece un entretenimiento sólido y una buena dosis de acción. La dirección ha mejorado y el desempeño de Chris Evans es notable, pero el guion podría haber sido más audaz y elaborado. Es una película para disfrutar si buscas una acción desenfrenada con un toque de humor negro.

Nota: 6.5/10