Alfie (2004)

‘Alfie’ (1986), dirigida por Alan Parker, no es una simple comedia romántica; es un retrato crudo y a menudo desconcertante de una vida dedicada a la búsqueda superficial del placer, un retrato del hedonismo descontrolado envuelto en un glamour ostentoso. La película, protagonizada por el carismático Michael Caine, se presenta como una historia de redención, pero lo que realmente ofrece es una mirada inquietante a la vacuidad de una existencia basada en la gratificación instantánea.

Caine, en un papel que claramente le sienta como la guinda del pastel, encarna a Alfie como un hombre aparentemente despreocupado, un conductor de limusinas londinense que se mueve con facilidad a través de la alta sociedad de Manhattan. Su vida es un torbellino de encuentros fugaces, relaciones superficiales y noches de excesos. Parker consigue, con maestría visual, plasmar esta sensación de movimiento constante, utilizando una fotografía vibrante y una banda sonora dinámica que refleja la energía frenética de la vida nocturna. Sin embargo, detrás de ese glamour se esconde una profunda soledad. Caine ofrece una interpretación brillante, transmitiendo con sutileza la melancolía y la frustración de un hombre que anhela algo más profundo.

La película no se centra únicamente en la figura de Alfie; la relación entre Alfie, Marlon y Lonette proporciona una dinámica interesante. La química entre Caine y sus compañeros de reparto, especialmente con la joven Jodie Foster, contribuye a la tensión dramática que impregna la trama. Foster, como Billie, personifica la inocencia y la inteligencia, ofreciendo un contrapunto efectivo al estilo libertino de Alfie. La película explora la complejidad de las relaciones humanas, mostrando cómo las apariencias engañan y cómo las promesas románticas se desvanecen rápidamente cuando se carecen de valores sólidos.

El guion, coescrito por Colin MacLeod, Ray Page y Alan Plater, se aleja de la melodramatización típica de las comedias románticas. Si bien la película presenta momentos de humor, su verdadera fuerza reside en la exploración de las consecuencias morales de las acciones de Alfie. La narrativa no se limita a describir su vida licenciosa; se sumerge en el impacto de sus decisiones en las vidas de aquellos que lo rodean. Las escenas que revelan la soledad y el dolor de las mujeres que han sido víctimas de su desinterés son particularmente impactantes y sugieren una crítica social sobre el machismo y la desconsideración hacia las mujeres.

A pesar de algunas convenciones narrativas de la época, 'Alfie' sigue siendo una película potente y relevante. La dirección de Parker es impecable, y la actuación de Michael Caine, una de sus mejores interpretaciones. La película no busca ofrecer soluciones fáciles, sino, más bien, confrontar al espectador con la pregunta de qué tipo de vida se está construyendo.

Nota: 8/10