“Algo celosa” es una comedia negra, aunque con elementos de thriller psicológico, que se atreve a explorar las profundidades de la locura y la fragilidad de la psique humana. La película, dirigida por Benoît Mandel, no es un espectáculo de risa desenfrenado, sino una reflexión inquietante sobre el dolor, el luto y la manera en que las emociones reprimidas pueden transformarse en una fuerza destructiva. La premisa, la metamorfosis de una maestra en divorcio en una mujer obsesivamente celosa, es intrínsecamente dramática, y Mandel la aprovecha de manera inteligente, tejiendo una narrativa que se vuelve cada vez más perturbadora.
La actuación de Marina Massad como Nathalie es, sin duda, el corazón de la película. Massad ofrece una interpretación magistral, capturando la progresiva desintegración de su personaje con una mezcla de vulnerabilidad y amenaza. Lo que hace su interpretación tan convincente es la sutileza con la que explora los cambios físicos y emocionales de Nathalie. No se trata solo de exageraciones teatrales, sino de la lenta erosión de la razón, la pérdida de control, la creciente paranoia. La dirección de la fotografía complementa a la perfección su actuación, utilizando una paleta de colores apagados, con sombras y contrastes que refuerzan la atmósfera de desasosiego.
El guion, adaptado de la novela de Anne Berest, es una de las mayores fortalezas de la película. Aunque a veces puede resultar un poco forzado, la historia es capaz de generar una tensión palpable. La relación entre Nathalie y su hija Mathilde (interpretada por Camille Joyeux) es el eje central de la trama y se desarrolla con una autenticidad que evita caer en clichés melodramáticos. La película no se centra únicamente en la obsesión de Nathalie, sino que también explora el impacto de sus acciones en las personas que la rodean, mostrando cómo la envidia y la desconfianza pueden corroer las relaciones y destruir vidas. El desarrollo de los personajes secundarios, como el ex marido de Mathilde (interpretado con matices por Pio Marron) o los vecinos del edificio, añade riqueza a la historia, mostrándonos cómo la locura de Nathalie se propaga y genera caos en su entorno.
Sin embargo, la película no está exenta de algunas fallas. A medida que la trama avanza, se recurre a ciertos giros argumentales que resultan poco creíbles y que pueden parecer forzados. Además, el ritmo, aunque generalmente adecuado, podría haberse beneficiado de una mayor cohesión en algunos momentos. A pesar de estas pequeñas imperfecciones, “Algo celosa” es una película que se queda en la memoria, no por su humor, sino por la inquietante exploración de la locura y el dolor que propone. Es una obra que invita a la reflexión y que demuestra el talento de Benoît Mandel como director.
Nota: 7.5/10