Alguien mueve los hilos (1994)

“Alguien mueve los hilos” (Someone Else) es, en esencia, una película inquietante y magistralmente ejecutada que se aferra a la tensión y al suspense sin resbalarse en el melodrama barato. Dirigida por Spike Jonze, la película no busca efectos especiales grandilocuentes ni batallas espaciales apabullantes; en cambio, su éxito radica en una atmósfera opresiva, en la exploración de la paranoia y en una lectura perturbadora de la condición humana.

La película nos presenta a un pueblo de Iowa donde algo extraño está ocurriendo. Los habitantes, uno por uno, comienzan a realizar acciones inexplicables, acciones que van desde comportamientos cotidianos hasta acciones violentas y perturbadoras. Andrew Nivens (Joaquin Phoenix), un hombre que lucha contra sus propios demonios internos, se convierte en la última esperanza de la humanidad para detener este extraño control mental. La película evita la exposición directa de la causa de este fenómeno, lo que genera un escalofrío constante y una sensación de incertidumbre palpable. Jonze nos empuja a cuestionar la realidad, a dudar de la percepción y a preguntarnos quién, o qué, realmente está en control.

La dirección de Jonze es precisa y sutil, creando un ambiente claustrofóbico que se siente casi físico. Utiliza la cámara de manera innovadora, jugando con la perspectiva y el movimiento para aumentar la sensación de desorientación y paranoia. La banda sonora, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, es fundamental para esta atmósfera. No se basa en melodías heroicas o dramáticas, sino en sonidos inquietantes, drones electrónicos y efectos sonoros que refuerzan la sensación de amenaza inminente.

Joaquin Phoenix ofrece una interpretación absolutamente brillante. Su performance como Andrew Nivens es la columna vertebral de la película, y su capacidad para transmitir confusión, vulnerabilidad y determinación es excepcional. Es un personaje complejo y atormentado, que se debate entre su propia cordura y la amenaza que se cierne sobre él. La película le permite explorar la fragilidad de la mente humana y la facilidad con la que puede ser manipulada.

El guion, coescrito por Jonze y Charlie Kaufman, es inteligente y provocador. No busca respuestas fáciles y, en cambio, se centra en explorar los mecanismos del control, la influencia y la pérdida de la identidad. La película, a pesar de sus elementos fantásticos, está profundamente arraigada en la realidad de las relaciones humanas y en la lucha por mantener el control de nuestra propia vida. La ambigüedad deliberada, en cuanto al origen de la amenaza, permite múltiples interpretaciones y contribuye a la longevidad de la película, haciéndola memorable mucho después de que terminan los créditos.

En definitiva, “Alguien mueve los hilos” es una película que exige una atención plena del espectador. No es un thriller convencional, sino una exploración artística de la mente humana y de los peligros de la manipulación. Es una obra que provoca reflexión y que permanece en la memoria con una fuerza inusitada.

Nota: 8.5/10