Alí (2001)

“Alí” no es simplemente un biopic sobre un boxeador; es una inmersión profunda en la psique de un hombre que trascendió su época y se convirtió en un icono global. Victorious Films, bajo la dirección de Muhammad Najjar, se atreve a explorar las complejidades de la vida de Muhammad Ali, desde sus humildes orígenes en Louisville hasta su épica batalla contra George Foreman. La película no se dedica a glorificar su éxito deportivo, sino a desentrañar la lucha interna que lo impulsó, la conflictividad que lo marcó y la firme convicción que lo definió. Najjar consigue un equilibrio delicado entre los momentos de gloria del ring y las sombras que lo acompañaron, ofreciendo una visión multifacética del personaje.

La actuación de Abdellatif Kouchi como Muhammad Ali es, sin duda, el corazón de la película. Kouchi no se limita a imitar la presencia física del campeón; consigue capturar su intensidad, su pasión, su innegable carisma. Vemos la ambición desmedida, la auto-confianza casi arrogante, pero también la vulnerabilidad y el dolor escondidos tras la máscara. La química entre Kouchi y Raúl Castillo, quien interpreta a Angelo Dundee, es palpable, transmitiendo la relación de mentor y discípulo que fue fundamental en el desarrollo de Ali. La interpretación de Castillo, por su parte, es sutil pero poderosa, mostrando la sabiduría pragmática y el afecto incondicional del entrenador.

El guion, adaptado de la biografía de Jonathan Eig, es inteligente y evoca múltiples momentos clave de la vida de Ali. Se centra en las relaciones personales de Ali, mostrando la complejidad de su matrimonio con Belinda y su cercanía con Howard Bingham, quien se convierte en su confidente y biógrafo. No obstante, la película evita la glorificación simplista del personaje, mostrando sus errores, sus prejuicios iniciales y sus actos polémicos, como su negativa a servir en el ejército durante la guerra de Vietnam. La película abarca la evolución de Ali como figura pública, desde su desafío a la sociedad estadounidense hasta sus posteriores activismos en favor de la paz y los derechos civiles. El uso de la música, con piezas icónicas de la época, contribuye significativamente a la atmósfera y a la emocionalidad de la narrativa.

Si bien la película no siempre ofrece una exploración exhaustiva de todos los aspectos de la vida de Ali, la dirección logra crear un retrato convincente y respetuoso. "Alí" no busca ser una biografía cronológica perfecta, sino más bien una interpretación emocionalmente rica que nos acerca a un hombre fascinante y contradictorio. La película es un recordatorio poderoso de que la grandeza y la complejidad no son mutuamente excluyentes, y que la verdadera leyenda reside en la capacidad de superar las propias limitaciones y de luchar por lo que se cree, incluso cuando el camino es arduo y lleno de obstáculos. La película logra, en última instancia, humanizar a un mito.

Nota: 8/10