Alien³ (1992)

“Alien³” es mucho más que una simple secuela; es un descenso visceral a la desesperación, un estudio perturbador sobre la vulnerabilidad humana ante la abrumadora indiferencia del universo. James Cameron, tras la relativa suavidad de “Aliens”, regresa a la inquietante atmósfera original de la saga, pero esta vez la intensifica hasta límites casi insoportables. Olvídense de la acción desenfrenada y los efectos especiales ostentosos; “Alien³” se basa en la tensión, la claustrofobia y la lenta, aterradora erosión de la esperanza.

La película se centra en la teniente Ripley, interpretada magistralmente por Sigourney Weaver. Weaver no solo mantiene el peso emocional y la presencia imponente que caracterizaba a su personaje, sino que explora la profunda angustia de una mujer abandonada, a la deriva en una prisión abandonada que se convierte en un infierno personal. Su actuación es una prueba de resistencia, una mezcla de determinación obstinada y temor palpable. La evolución de Ripley en esta película es crucial; deja de ser simplemente la heroína valiente para convertirse en una figura consumida por la supervivencia, marcada por el trauma y la desconfianza.

La dirección de Cameron es impecable. El uso de la iluminación y la composición son excepcionales, creando una atmósfera opresiva y amenazante. Las escenas en las celdas y pasillos de la prisión son claustrofóbicas y desorientadoras, y el diseño de producción, con sus paredes de hormigón, tuberías expuestas y luces parpadeantes, contribuye significativamente a la sensación de asfixia. La película no se anda con rodeos en cuanto a mostrar la violencia; las torturas infligidas a los reclusos son gráficas, perturbadoras y, de alguna manera, necesarias para transmitir la brutalidad de este lugar.

El guion, coescrito por Cameron, David Chen y Dan O’Bannon, se aleja de la estructura de acción-terror de las anteriores entregas. Se centra en la narrativa, aunque a veces un poco lenta, y en la psicología de los personajes. La presencia de los Nuevos, criaturas grotescas y violentas que se alimentan del miedo y la desesperación, es un giro interesante y especialmente escalofriante. Sin embargo, algunos diálogos son predecibles y la exposición, aunque importante para entender el contexto, puede resultar un poco forzada en ciertos momentos. A pesar de estas pequeñas deficiencias, la idea de una amenaza que se alimenta del terror es excepcionalmente efectiva.

En definitiva, “Alien³” es una película inquietante y memorable, que supera las expectativas de una simple secuela. Su atmósfera opresiva, sus actuaciones sólidas y su propuesta narrativa oscura la convierten en una de las mejores entregas de la saga, una obra que sigue generando inquietud en el espectador mucho después de que los créditos finales se hayan desplegado. Es una película que valora la tensión sobre la acción y que, en última instancia, ofrece una reflexión oscura sobre la condición humana.

Nota: 8/10