All Eyez on Me (2017)

“All Eyez on Me” es un biopic que se adentra en la vida tumultuosa de Tupac Shakur, y si bien se esfuerza por ofrecer una visión profunda de su personalidad y sus luchas internas, el resultado final es una película con momentos brillantes y otros que dejan la sensación de que el potencial no ha sido completamente aprovechado. La película, dirigida por Antoine Fuqua, no se limita a recitar los hechos más conocidos de la vida del rapero, sino que intenta desentrañar la complejidad de un hombre marcado por la adversidad, la ambición y la constante búsqueda de la autenticidad.

La dirección de Fuqua es, en su mayoría, sólida. El ritmo de la película es dinámico, saltando entre las diferentes etapas de la vida de Tupac, desde su infancia en Oakland hasta su ascenso meteórico en la escena musical y su posterior caída en desgracia. Las escenas musicales, coreografiadas con maestría, son particularmente impactantes, y capturan la energía y el carisma que caracterizaron a Shakur. Sin embargo, a veces, la edición puede sentirse apresurada, y ciertos momentos importantes podrían haber tenido más desarrollo para una mayor comprensión del personaje.

La actuación de Dennis Hopper como Tupac es, sin duda, el punto fuerte de la película. Hopper logra capturar la intensidad emocional y la rebeldía del rapero de una manera convincente, transmitiendo tanto su vulnerabilidad como su orgullo. No es una réplica perfecta, por supuesto, pero Hopper logra dotar al personaje de una humanidad que lo hace accesible al espectador. La interpretación de Taraji P. Henson como Afeni Shakur, la madre de Tupac, es igualmente destacable. Henson ofrece una actuación poderosa y conmovedora, representando con sutileza la complejidad de una mujer luchando por proteger a su hijo y mantener un hogar, a pesar de sus propios demonios.

El guion, escrito por el propio Fuqua y David Shenton, presenta algunas fallas. Si bien intenta abordar temas importantes como la desigualdad racial, el sistema judicial y la violencia, a menudo lo hace de manera superficial. Hay escenas que podrían haber sido más explícitas y profundas, especialmente aquellas que abordan las tensiones raciales que influyeron en la vida de Tupac. La película tampoco explora completamente las razones detrás de su creciente radicalismo, limitándose a mostrar sus acciones sin ofrecer una an análisis en profundidad. La película se centra demasiado en las controversias y los conflictos externos, descuidando el desarrollo de su personalidad y sus motivaciones.

En definitiva, “All Eyez on Me” es una película interesante y entretenida, pero no es una obra maestra. Ofrece una visión general de la vida de Tupac Shakur, pero podría haber sido mucho más ambiciosa y reflexiva. La actuación de Dennis Hopper y la presencia de Taraji P. Henson elevan la calidad de la película, pero el guion, en general, resulta algo simplificado. Es una película que, sin duda, despertará el interés en la figura de Tupac, pero que no ofrecerá una comprensión completamente exhaustiva de su compleja personalidad y legado.

Nota: 7/10