“Alma de Campeón” no es solo un film sobre equitación; es una meditación profunda sobre la redención, la conexión humana y el poder transformador de la pasión. La película, dirigida con sensibilidad por Robert Redford, evoca un ambiente rural americano que permea cada fotograma, impregnándolo de un aroma a tierra mojada, a caballos salvajes y a la melancolía de un pasado que no se puede olvidar. Redford, a pesar de su creciente edad, demuestra una maestría narrativa impecable, construyendo una historia lenta pero constante, que recompensa la paciencia del espectador.
La película se centra en Roy Moore (Matt Damon), un ex-entrenador de caballos atormentado por la pérdida de su esposa y un pasado marcado por el alcoholismo. Moore se encuentra en un punto de quiebra, con su rancho al borde de la ruina. La llegada de Billy (Lucas Hedges), un adolescente problemático que muestra un talento excepcional con los caballos, le ofrece una oportunidad de redención y un motivo para levantarse cada mañana. Damon entrega una actuación magistral; su interpretación de Moore es sutil pero poderosa, transmitiendo la frustración, el dolor y la vulnerabilidad de un hombre que ha perdido la fe en sí mismo. No se trata de un héroe convencional, sino de un hombre roto que encuentra un propósito en la vida a través de la conexión con un joven a su cargo.
Hedges, por su parte, aporta una frescura y una autenticidad impresionantes a su papel. Su Billy es un chico sensible, con dificultades familiares y una necesidad desesperada de aceptación. La química entre Damon y Hedges es fundamental para el éxito de la película. No se trata de una relación maestro-alumno, sino de un vínculo de mutuo respeto y comprensión. El guion, adaptado de la novela homónima de Patrick Radden Keefe, es inteligente y evita los clichés. Se sumerge en la complejidad de sus personajes, explorando sus miedos, sus sueños y sus traumas. Las escenas de equitación son coreografiadas con una precisión impresionante, y no se utilizan para espectacularizar la película, sino para realzar la conexión entre los personajes y la naturaleza.
Sin embargo, la película no está exenta de algunos defectos. El ritmo pausado puede resultar lento para algunos espectadores, y la trama principal, aunque emocionalmente resonante, carece de una tensión dramática palpablemente elevada. La película también se adentra en algunos detalles sobre el pasado de Moore que, si bien son importantes para la comprensión del personaje, podrían haber sido presentados de forma más concisa. No obstante, la película logra transmitir un mensaje universal sobre la importancia de la esperanza, la perseverancia y la búsqueda de la redención. "Alma de Campeón" es un retrato conmovedor y realista del espíritu humano, un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, la luz siempre puede encontrar un camino a través de las sombras.
Nota: 8/10