Aloha (2015)

“Aloha” es, en esencia, un melodrama romántico ambientado en la exuberante y paradisíaca Hawái. La película, dirigida por David O. Russell, no pretende ser una epopeya bélica ni una exploración profunda de la cultura hawaiana, sino una historia de amor, pérdida y redescubrimiento que, a pesar de sus virtudes, resulta un tanto desequilibrada y, en ocasiones, excesivamente sentimental. Russell regresa con un reparto estelar – Bradley Cooper, Emma Stone y Rachel McAdams – que, sin duda, elevan considerablemente la experiencia cinematográfica, aunque no logran superar las debilidades del guion.

La dirección de Russell se caracteriza por su estilo caótico y fragmentado, con frecuentes saltos temporales y cambios de perspectiva que, si bien buscan reflejar la confusión y la dislocación emocional de los personajes, a veces se sienten forzados y distractores. La película intenta, a través de este ritmo frenético, imitar el caos interno de Brian Gilcrest, un ejecutivo de defensa con una vida personal en desorden. Cooper ofrece una actuación sólida, interpretando con matices la frustración, la soledad y el deseo de escapar de su rutina. Su personaje es un hombre vulnerable y atormentado, en busca de una conexión humana genuina, lo cual se ve reflejado en su relación con Allison Ng, interpretada con una elegancia natural por Emma Stone. Stone, por su parte, aporta una calma y una presencia en el caos, ofreciendo una interpretación sutil y convincente que equilibra el carácter impulsivo de Cooper. Pero es Rachel McAdams quien realmente brilla, recuperando su magia interpretativa con una Tracy Woodside carismática, ingeniosa y con una profunda melancolía. Su química con Cooper y Stone es palpable, y su regreso a la isla desencadena una dinámica explosiva y conmovedora.

Sin embargo, el guion es donde la película más notablemente falla. Las numerosas líneas argumentales, incluyendo el romance de Brian y Tracy, la situación familiar de Allison, y el misterioso atentado contra Brian, se sienten apiladas unas sobre otras, creando un sentido de sobrecarga narrativa. La película trata de abordar demasiados temas a la vez, perdiendo así la profundidad emocional que podría haber logrado. Algunas subtramas, como la de la pequeña hija de Tracy, son particularmente poco desarrolladas y contribuyen al caos general. La trama, por lo tanto, no llega a alcanzar su máximo potencial, quedando como una serie de escenas emocionalmente resonantes, pero sin una estructura narrativa sólida.

A pesar de sus defectos, “Aloha” no es una película mala. La fotografía es deslumbrante, capturando la belleza inmaculada de Hawái con una paleta de colores vibrantes y una cinematografía exquisita. La banda sonora, que mezcla elementos de música hawaiana tradicional con melodías contemporáneas, complementa a la perfección la atmósfera romántica y nostálgica de la película. En definitiva, es un melodrama con un buen reparto, una estética cuidada y momentos genuinamente emotivos, pero que queda frustrado por un guion demasiado ambicioso y desequilibrado.

Nota: 6/10